Parece que fue ayer, que diría el poeta o el sabio o yo qué sé quién, pero a comienzos de temporada existía un agrio debate alrededor de la idea de que el reglamento 2014, no daba lo que nos había prometido.
Obviamente el debate surgía porque había gente que sí veía cosas que los demás no veíamos ni en pintura, y originó que en el calentón propio del fragor de la batalla más de uno enarbolara aquel sonoro ¿dónde está esa F1 mejor?
Es tarde y los gatos vuelven a ser pardos en Gorliz, así que sin entrar a señalar dónde demonios andaba esa Fórmula 1 mejor, sí voy a puntualizar una serie de hechos y acaecidos que han delatado que la temporada 2014 no ha resultado estrepitosamente mala porque en el fondo, y mal que nos pese admitirlo, nos hemos convertido en unos calzonazos y tragamos con lo que nos echen.
El ruido de los motores, por ejemplo. Sí, nos hemos acostumbrado al sonido de cortacésped de las modernas unidades de potencia, lo que no impide que las primeras pruebas del campeonato estuvieran marcadas por una opacidad musical que no satisfacía ni a promotores ni a entendidos ni a profanos, y que a resultas de esta tontería, Mercedes AMG probó una salida de escapes en plan trompetilla que abundó en que en la Fórmula 1 casi es mejor no tocar un problema porque la solución puede dar lugar a más de un sonrojo.
Nos reímos un rato, tampoco vamos a negarlo, pero aquello fue chusco de narices y el asunto acabó siendo enterrado en el interior de un oscuro cajón.
La velocidad también dio más de un quebradero de cabeza porque los monoplazas de la máxima disciplina iban tan solo un poquito más rápido que los GP2. Bien es verdad que la pretemporada se había prolongado quizás en exceso, pero entre el sonido, la lentitud de los vehículos y la porquería de ruedas que ha servido Pirelli, comenzaron a quejarse Luca, Dietrich, Éric y la madre que parió a Peneque. Y los promotores volvieron a mostrar su descontento, al igual que lo harían los entendidos y los legos en la materia. Un sinvivir, vaya, y sin que hubiésemos llegado a mitad del calendario.
Y se prohibió el FRIC, pero seamos sinceros ¿alguien lo ha echado en falta...?
No pretendo aburriros, entre otras cosas porque ya va siendo hora de que me vaya a la piltra, pero en líneas generales, diré que opino que la temporada 2014 ha resultado un soberano truño y que para afirmarlo así de tajante, me apoyo en la omnipresencia de una silly season insoportable que se ha prolongado incluso más allá de una carrera en Abu Dhabi, que a pesar de su doble puntuación, no ha impedido que los chicos de Brackley se pasearan por el mundial con el codo sobresaliendo del habitáculo.
Renault vencida desde Jerez, Ferrari hecha unos zorros, Vettel asediado por la mala suerte, las Pirelli más duras que las Bridgestone... Y la acción depositada en los despachos y en los corrillos, lo que siempre es malo para el deporte aunque resulte bueno para el negocio. Y como telón de fondo en la actualidad, un campeón del mundo del que no se acuerda nadie porque los focos apuntan a Sebastian vestido de rosso y a Fernando abrazando a Dennis, y a un reglamento que apenas unos meses después de haber sido estrenado, necesita ya de una profunda revisión...
No sé dónde coño puede estar esa Fórmula 1 mejor de la que hablaba al principio, pero de lo que sí estoy seguro es de que 2014, es más un año para olvidar que para recordar, aunque como en todo, también en esto puedo estar equivocado.
Felices sueños. Os leo.
1 comentario:
Pues vete preparando que pal 2015 Bernie ya nos va regalando con una temporada de 21 carreras nada menos.
¿Dónde quedó aquello de lo bueno, si breve, dos veces bueno?
King Crimson
Publicar un comentario