martes, 6 de mayo de 2025

Duros a cuatro pesetas


Si hay algo que me descorazona es la gente que no disfruta pudiendo hacerlo. En realidad me causa rechazo ese no estar contento con nada, ese renunciar a sonreír a la vida, esa negativa a saludar las minúsculas fortunas sembradas en nuestro camino, en definitiva, y como decía el poeta, ese insistir en ignorar dos luceros color caramelo que te observan, enamorados como el primer día...

En fin, soy de fácil conformar, de natural optimista, y tengo que confesar que me siento razonablemente satisfecho con lo sucedido el sábado, ya que, francamente, podía haber sido peor.

A ver, no estoy contento por el resultado de la hazaña en sí, ¡faltaría!, ni por el Nano, claro, sino porque mandando al carajo el Aston Martin con el asturiano dentro y defendiendo luego que había actuado bien, Lawson evidenció lo poquito que le cunde ver Barrio Sésamo mientras merienda pan con chocolate —¿Está aquí el hueco que viste, Liam? ¿En esta habitación? ¿Con nosotros?

Para mí estuvo claro desde el primer instante, pero era tal el interés que suscitaba la Sprint, que, aprovechando el lance, se desplegó inmediatamente la carpa de un circo de tres pistas en redes sociales, espectáculo que resulta siempre digno de ver, que duró justito hasta que Fernando puso los puntos sobre las íes pasando del neozelandés y señalando al muro de su propia escudería [Enfado monumental de Alonso con su equipo por no hacerle caso: «Tenía que haber peleado por el podio con Hamilton»].

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De las declaraciones más acertadas de Alonso que he visto en mucho tiempo, además con el mérito de hacerlas aún "en caliente". Lawson como de costumbre, justo demostrando lo contrario, es decir la gran habilidad que tiene para evitar cualquier decisión inteligente.

Lastra dijo...

El neozelandés es un macarra con poca imaginación y menor conocimiento, así le va. Y yo que me alegro.