Os va a quedar una Fórmula 1 grandiosa, y, sólo por eso, cuando me retire sonreiré al ocaso sin volver la vista atrás, como en los mejores finales de las películas del Oeste...
A ver, que os lo tengo dicho: la frecuencia en que se mueve nuestro deporte y sus grandes eventos desde hace casi una década no cuenta con nosotros, así que no os lo toméis por lo personal. Bien mirado, mejor MadRing que un Carmen Jordá Street Circuit o un Tizona Ring.
Que sí, tenemos historia del automovilismo deportivo y nombres señeros como para parar un carro y aguantar con las picas y los arcabuces a las aficiones que nos miran por encima del hombro, pero como nadie lo recuerda y no consiste en eso, repito, da lo mismo cómo hayan decidido llamar al trazado del IFEMA.
Me ha sacado una sonrisa porque al diablo se le ocurre con la de connotaciones que sugiere la denominación de marras, pero, bueno, al menos tenemos algo tan español como el mote, y sin que se haya vertido el primer centímetro cúbico de cemento. Y suena bien, ¡pardiez! Anillo Loco de Madrid, el mejor homenaje que podíamos hacer a los santos huevazos que nos gastamos con éstas y otras cosas.
Os leo.
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