A ver, aquí, en lo tocante a Fernando y Aston Martin, los únicos que los están pasando francamente mal son los que habían puesto todos los huevos en la cesta de los buenos pronósticos, olvidando que entre Grandes Premios y Sprints hay 30 citas previstas para 2025 y, desgraciadamente, todavía estamos en ese periodo de entrenamientos pretemporada que se escamotea al respetable mientras se los cobra a precio de campeonato fetén.
Para mí, y muchos de vosotros, me consta, los dos ceros en Australia y China, junto al décimo puesto conseguido por el #14 en la rapidita en ChinRing, sólo significa que hay que tomarse todo esto con algo más de humor y menos prisa.
En Melbourne Alonso circulaba razonablemente bien antes de que se escachuflara todo. En Shanghai la Sprint no entraba entre las prioridades de la escudería de Silverstone, y, bueno, ya con la prueba seria lanzada, el pasado domingo, un miserable problema mecánico arruinó al asturiano sus expectativas y se llevó consigo las nuestras...
No es para sacar pecho, obviamente, pero ni me voy a abrir las venas, ni me voy a tirar desde lo alto de la terraza, ni marcaré los tuits que debería borrar si las cosas se enderezan a partir de Japón, ni mucho menos os acusaré de haberme leído cosas sacadas de contexto.
Aposté a la cesta buena, creo, hice los pronósticos justitos, y me limito a disfrutar de lo que cae cada fin de semana despojado de ese agobio existencial que atenaza a nuestros mejores vendedores de humo porque las cosas son como son y no salen como las habían dibujado ellos hace unas semanas. A fin de cuentas, queda mucho, muchísimo terreno por disputar.
No, ahora en serio, como suele ser costumbre en Nürbu esperaré a que junio carretee por la calle de boxes para comenzar a sacar conclusiones, y no es por nada, quedan siete citas —contando Barcelona.
Os leo.
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