50 ways to leave your lover

Dejé a Luz Casal a tiempo y me he puesto en la oreja a Paul Simon, que tiene un aquél soberbio y prácticamente mi estatura, como Yuki y Bernie. En realidad le calcé unos pocos milímetros más a mi difunto padre en la talla para mozos de leva, candidatos al servicio militar, la mili, vamos, pero, como mi abuela, que cumplía un año más del que la tocaba en cada cumpleaños, siempre me he mostrado reservado con hacer comparaciones y he mirado al bies a los o las que dicen medir 1'65. ¡Ya será un poquito menos!

Como aventuró Autosprint en julio pasado, Adrian ha terminado firmando por Aston Martin y está la peña que no le cabe un paja en el culo, y disculpadme la expresión.

Álex y yo, que nos las prometíamos felices con el no menos feliz acontecimiento, vemos la vida pasar desde la barrera pero no logramos salir del asombro ante la cantidad de memos que tratan de anotarse el tanto con tal de parecer la pechera del uniforme de Gueorgui Konstantínovich Zhúkov ante la muerte de padrecito Stalin. 

A rey muerto rey puesto y volver a hacer cuentas. Que si en 2026, que si en 2028. Newey mueve montañas y obviamente también las iba a mover en la de Silverstone, que no todo iba a ser hacer de Mago en Milton Keynes.

Me alegro por los que apuraban el tema de que lo lógico y natural para él era jubilarse, y también por los que afirman ahora que no tenía que demostrar nada aunque, en lo tocante a lo suyo, venga a mano resaltar que ha aceptado el desafío de una etapa nueva y distante. Me alegro por todos ellos, ¡faltaría más!, y lo digo honestamente, porque en momentos como los vividos hoy, lo importante es que todos nos sintamos felices, incluso los que tampoco aspirábamos a mucho. El campeonato y los pilotos, si acaso, los dejamos aparcados para otro día pues la escaleta manda.

Os leo.