Estábamos almorzando pero he dejado el cuchillo y el tenedor junto al plato y me he pasado la servilleta por los labios. ¿No quieres más? No, no es eso... ¡Ahí va Leclerc!
Hay momentos en que sabes que algo va pasar aunque no puedes definirlo con exactitud. Hacía unos minutos que Charles había pulverizado el registro de Piastri, clavando el cronómetro en 1:41.610 y manteniéndose al frente de la tabla de tiempos con Carlos a cola de su vehículo, pero la Q3 transcurría y el riesgo se mascaba en el aire. Blandos nuevos y Albon que se dejaba adelantar a la salida de boxes por una falla en su coche... Nuestro chico se disponía a meter en temperatura sus neumáticos.
Para la realización ha resultado más atractivo seguir las evoluciones en pista de George Russell. El británico no conseguía batir al monegasco, Hamilton tampoco iba a hacerlo. Piastri venía como una bestia: verde en los dos primeros sectores, morado en el tercero, pero se quedaba a 76 milésimas del #16 de Ferrari. Sáinz flaqueaba, sin duda iba a ceder la segunda posición ante el australiano y con el mejor tiempo firmado ya por su compañero.
Al cerrarse la sesión 1:41.610 parecía incluso una secuencia inmejorable, salvo que andaba por ahí Charles, circulando sobre el asfalto de Bakú ajeno a lo que sucedía alrededor y a que tenía la pole y media carrera en el bolsillo. Total, Verstappen venía marcando amarillos. Imposible para el holandés llegar arriba.
Sin sorpresas, la única que ha habido en la Clasificación para el Gran Premio de Azerbaiyán ha sido el propio Leclerc, que ha sido capaz de descontarse a sí mismo 245 milésimas, conseguidas la mayoría en apnea y en el sector más cabrón de todos: el 2, donde las cosas se logran a base de manos y cabeza.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario