domingo, 15 de septiembre de 2024

La mala potra


Bueno, nos meteremos con lo que ha dado de sí el Gran Premio de Azerbaiyán a la mayor brevedad posible, pero, con vuestro permiso, esta tarde trataré de aclarar algunos puntos al respecto del incidente que han protagonizado Checo Pérez y Carlos Sáinz en Bakú, fundamentalmente por si alguno se va tranquilo a la cama, cosa por la que rezo todas las oraciones que recuerdo.

A ver, por definición, todo lance de carrera es una situación desagradable para una o todas las partes implicadas, como ha ocurrido esta tarde, en la que no se observa una intención clara por provocarla.

Como he dicho tantas y tantas veces, yo soy muy old school con este tipo de cacaos —«huevón» suele ser la palabra que utilizo—, porque entiendo que en competición entre vehículos lo normal es que haya contactos y que estos a veces salen caros. Dicho esto, lo preocupante de este tipo de sucesos es que la peña no distinga intencionalidad de mala suerte, y lo digo honestamente.

Es obvio que para que exista un accidente o una coyuntura en que un monoplaza saca a otro de la pista o le rompe un alerón, etcétera, previamente debe haber un detonante, y aquí las aficiones de Sergio y Carlos tienen mucho material para debatir pero, a mi modo de ver, no para encontrar culpables porque no los hay, como ha ratificado la propia FIA después de investigarlo.

¿Mi opinion? Seguramente no os sirva de nada, pero para mí ambos han pecado de optimistas. Uno creyendo que el otro no buscaría la trazada y el otro considerando que el primero le iba a dejar espacio, los dos pensando que el otro iba a aflojar. Lo demás es física por mucho que nos pese: el español disponía de mejor tracción y el mexicano no ha sabido culminar su adelantamiento a tiempo. Rueda delantera derecha del Red Bull en el camino de la rueda trasera izquierda del Ferrari, toque y zambombazo contra el hormigón. Los dos fuera de la prueba. Mala potra. Se acabó la historia.

Os leo.

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