miércoles, 26 de octubre de 2022

Empaña, que algo queda

La encomiable labor realizada por Brackley y la prensa anglosajona, con la connivencia de una FIA que se hace más prescindible cada día que pasa, ha logrado que una parte interesante de la masa aficionada mire de reojo los títulos conseguidos por Max Verstappen la temporada pasada y ésta, y el Mundial de Constructores obtenido el domingo por su escudería.

Tiene mérito, a lo de afear tanto el brillo ajeno me refiero...

La austriaca con sede en Milton Keynes no lograba la copa de marcas desde 2013. Nueve años de sequía, razón suficiente bajo mi humilde punto de vista para que estuviéramos descorchando champán, si fuésemos inteligentes y maduros, se sobrentiende. Está también el asunto de que la de los toritos ha acabado (por fin) con el dominio de la estrella de tres puntas durante casi una década, circunstancia que, siempre bajo mi particular manera de ver las cosas, merecería que acompañásemos el caldo espumoso con manjares exquisitos, así, en plan celebración por todo lo alto.

Lejos de este idílico paisaje que acabo de dibujar en el párrafo anterior, imagino que serán Wolff y los suyos los que andarán de fiesta porque bastaba una afición totalmente idiotizada, una prensa que dio la espalda al periodismo hace décadas, y un poquito de sobreactuar ante las cámaras o los micrófonos, para que la victoria de Red Bull haya pasado a ser fruto de la felonía y las artimañas, no como las de Mercedes AMG, que siempre jugó limpio.

Os leo.

No hay comentarios: