Volver a Austin es un poco como desayunar frío y a toda prisa. Las temporadas suelen estar sentenciadas cuando la Fórmula 1 llega al COTA. Ha habido excepciones pero se pueden contar con la mitad de los dedos de una mano, y es que, a ver, insisto en este matiz cada cierto tiempo porque la calidad del trazado norteamericano no se ve correspondida por una ubicación en el calendario que lo pone siempre a los pies de los caballos.
Desde luego no me pagan por pensar por los que sí cobran por hacerlo (presuntamente), pero me parece un absoluto desperdicio situar tan a desmano el Gran Premio de los USA habiendo carreras que podrían ejercer perfectamente este papel de relleno.
No hemos nacido ayer y para cualquiera con dos dedos de frente, que Red Bull haya puesto sus miras en rentabilizar a Checo Pérez, sólo significa que hay que mantener vivo el tirón económico que proporcionará la fiel afición mexicana a las arcas de los circuitos texano y de Ciudad de México. Luego Interlagos, con Sprint Race, que no sé si allí recurriremos a la reanimación asistida o al boca a boca, y como colofón Yas Marina, que sí, que queda muy bonito en televisión... pero ¡ya! si no hay alicientes en pista.
Me enredo y no quiero, disculpad. El Circuit Of The Americas es un diseño malgastado que, disponiendo de todos los ingredientes para darnos sabrosas alegrías sobre su asfalto, languidece de tristeza por estar pésimamente colocado en la escaleta. A mi modo de ver no merece hacer tan malamente de telonero, pero bueno, de estas cosas no me encargo yo...
Os leo.
1 comentario:
Qué épocas, cuando el campeonato terminaba en Suzuka.
Saludos desde el Coño Sur
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