martes, 4 de octubre de 2022

In nomine patris

Lo he escrito tantas veces que se me olvida que, en ocasiones, conviene recordar que Fernando Alonso no es esa figurita que nos venden la prensa y los medios. 

El de después del cochambroso Singapur está dolido como un Ecce Homo, enrabietado, cargado de ira, desolado, abatido, pero el auténtico seguro que encontró la paz en cuanto la adrenalina dejó de inundar su cuerpo. Este último no vende un cagarro y por eso mismo no ocupa titulares ni primeras planas, pero un tipo que lleva encima 350 sueños de vencer en F1, dos mundiales en la especialidad y uno en Resistencia, que ha triunfado en Daytona, Le Mans, que ha intentado la Indy 500 y el Dakar y ha decidido inmolarse en Alpine para seguir camino en Aston Martin, fijo que se encuentra bien a estas horas, y listo para el siguiente descuento en tierra de nadie.

Os leo.

1 comentario:

Antonio L. dijo...

Alpine es un caso que no llego a comprender. Parecía que querían volver a ganar, repescan a Fernando para la causa y a las primeras de cambio los problemas internos de la matriz Renault han dinamitado la hoja de ruta tan bien elaborada que tenían.

Por lo que leo en prensa, parece que Renault va vender total o parcialmente la división tradicional (coches de combustión) a los chinos y van a centrase en los coches eléctricos.

No será que la verdadera razón de todo este desaguisado es la falta de money para un proyecto que a la casa madre ya no le interesa......

Disfrutemos del nano tanto como podamos y si hay justicia en este mundo ojalá en Aston Martin suene la flauta de la victoria a corto plazo.

Un saludo de un alonsista.