jueves, 25 de noviembre de 2021

Dos Corvette y un Pantera


Si había algo complicado en vida del Il Commendatore era metérsela doblada, pero Michael Mann consiguió hacerlo dos veces con la serie Corrupción en Miami (Miami Vice, 1984 a 1989).

Sonny Crockett y Ricardo Tubbs (encarnados por Don Johnson y Philip Michael Thomas, respectivamente), eran agentes de la Unidad Antivicio de Miami, que tenían como misión infiltrarse entre traficantes y malhechores, y para ello, nada mejor que conducir coches exclusivos y vestir ropas caras y elegantes, ya que los malos vivían a todo trapo. 

La idea original de Anthony Yerkovich ponía a Tubbs al volante de un Cadillac Deville cabrio y a Crockett en el de un Ferrari Daytona Spyder, y gustó tanto a Michael Mann que se mantuvo en el guión preliminar. Dos iconos con algunos años encima, dos vehículos inspiradores, que diría Lewis Hamilton. Nada de Porsche o deportivos americanos. Dos obras de arte sobre ruedas. Estilo ante todo. 
 
El planteamiento también convenció a Universal TV, socia de Michael Mann Productions, y a la cadena NBC, que al final pagó la fiesta contratando la serie.

En Magnum PI, contemporánea de Miami Vice aunque estrenada cuatro años antes, el protagonista conducía un Ferrari 308 GTS con las bendiciones de Ferrari North America, que así promocionaba uno de sus coches más asequibles junto al Mondial. Lo habitual era usar dos vehículos por si ocurría una incidencia tener otro de reserva y no parar la filmación, y, acaso, una réplica para las escenas de acción. En principio no tenía por qué haber problemas en hacerse con el material necesario. Con los Cadillac no los hubo, pero el concesionario estadounidense de Il Cavallino Rampante sí los planteó, y graves, ya que si la productora quería un 365 GTS/4 Daytona tenía que pagarlo, y si necesitaba dos, tenía que desembolsar el doble.

Se produjeron pocas unidades descapotables del 365 GTB/4 (GTS/4), su precio era muy elevado y abonarlo supondría consumir el presupuesto de rodaje de varios capítulos, así que los productores, que en el episodio piloto se habían pillado los cataplines usando un Daytona Spyder auténtico —propiedad de un coleccionista—, encargaron dos réplicas en fibra de vidrio del coche italiano para vestir la mecánica y chasis de sendos Chevrolet Corvette C3 alquilados, que daban el pego en pantalla aunque no tanto: el morro resultaba excesivamente largo, los focos delanteros estaban mal resueltos, la inclinación del parabrisas no tenía nada que ver con el original, el habitáculo cantaba más que la Castafiore, las manillas de las puertas, ¡ay las manillas de las puertas!, etcétera.


Miami Vice se convirtió rápidamente en un éxito y el Daytona Spyder en una de sus señas de identidad. Ferrari USA advirtió entonces a Ferrari Italia del dislate que se estaba cometiendo con la marca, pero Enzo Ferrari se lo tomó mejor de lo esperado a pesar de que las leyendas urbanas dicen que montó en cólera. Viendo cómo se zanjó el asunto resulta sencillo entender que se limitó a ofrecer una solución política, ya que el mercado norteamericano tenía suma importancia para sus ventas y suponía un riesgo la mala imagen que podría originar un litigio que se prometía largo. El caso es que ofreció dos Ferrari Testarossa del 84 a coste cero a cambio de destruir los Daytona impostores. No hubo reclamación económica, ¡pelillos a la mar!

La solución satisfizo a ambas partes. Michael Mann Productions cumplió su trato y se deshizo de los GTS/4 bastardos. En el primer episodio de la tercera temporada una maqueta 1/1 del Daytona negro de Crockett saltó por los aires hecho pedazos y lo sustituyó un Testarossa negro —pasó a ser blanco en las últimas escenas—, pero, desgraciadamente siempre hay peros, el flamante regalo fallaba más que una escopeta de feria en los planos de acción, y ante la tesitura de pagar en reparaciones el valor de un vehículo nuevo, la productora recurrió otra vez al viejo ardid. 

Parte del trabajo quedaba resuelto, el original servía para cubrir la mayoría de tomas, pero en persecuciones y acciones comprometidas, un De Tomaso Pantera disfrazado de Testarossa cumplía con creces lo que se esperaba de un auténtico Ferrari de película.

No consta que Il Commendatore llegara a enterarse de este nuevo sacrilegio, y si lo hizo, jamás dijo nada... Años después, Michael Mann escribió y dirigió la película Miami Vice que se estrenó en 2006. Sonny Crockett (Collin Farrell), conducía en ella un F430 Spider de Maranello y en los títulos de crédito aparecía Ferrari.

Os leo.

1 comentario:

Matador dijo...

Hola,

Qué buena entrada, aunque no tenga que ver con la F1 más que el nexo del Cavallino. Sabía que el Daytona era una réplica, y siempre se comentó mucho la calidad de la misma. Sabía también el acuerdo político al que habían llegado, pero ignoraba la réplica con base Pantera para las escenas de acción. Serie mítica para los que tenemos canas, y, aunque de forma tangente, con mucho contenido PetrolHead. Recuerdo un episodio en el que perseguían a un Porsche 906 de un piloto que había encontrado sponsor en el mercado de la Fariña, cosa que ya había pasado en Le Mans con algún equipo, y que te daría para otra entrada de esas de la Silly Seasson, con conexión colombiana y un 935...

Pero volviendo al cine o la televisión, lo de las réplicas está más que extendido. También en La Roca usaron un Pantera travestido de F335 por las calles de San Francisco. Por cierto hay quien dice que el personaje que allí interpreta Sean Connery es una reencarnación de James Bond. Y hablando de Bond, el precioso BMW Z8 que conduce Pierce Bronsnan en El mundo no es suficiente, es una bonita carrocería, sobre un chasis de Cobra réplica.

Salu2!