domingo, 28 de noviembre de 2021

A lo Camba

Ahorraros las lágrimas, Gran Kahuna ha abandonado la arena de la playa para adentrarse con su tabla en un mar que no está para bromas, va a buscar esa ola mítica para medirse con ella ahora que sus pies sienten de nuevo, que sus piernas han recuperado lo que perdieron en aquel feo accidente volviendo de Le Castellet.

A Williams le sentaba el Sir como a un santo dos pistolas. Antes de que la Fórmula 1 diera la espalda a los garajistas y aficionados, Frank se bastaba solo para mirar cualquiera de sus autos y sentir que eran suyos, creaciones suyas, fieras suyas —alguno habrá que mostrará todavía la mella de un golpe de maza como aquel con el que Miguel Ángel firmó su Moisés. 

Cicatero con su pilotos, el británico les daba a cambio lo que necesitaban: monoplazas rápidos dibujados con el alma y materializados con la ayuda del leal Patrick, quizás uno de los pocos seres humanos sobre la Tierra que entendieron que su socio no estaba hecho para este mundo. Reutemann, como Villeneuve con Enzo, impidió a Williams resarcirse de su error. El canadiense se mataba en Zolder, el argentino renunciaba a seguir con la Guerra de las Malvinas abriendo una zanja insalvable...

Ha fallecido Sir Frank, pero no ha desaparecido, no os molestéis en añorarlo. Seguid a lo vuestro, alabando una figurita hecha con piezas de Lego a la que llaman GOAT, tragando con lo que nos sirve Liberty Media para que calentemos en el microondas y cenemos lindo; en definitiva, aceptando pulpo como animal de compañía mientras Wolff y Horner juegan a que no se ajuntan. 

Ferrari y sus tifosi, y luego Williams y sus supporters. Desgraciadamente no hay más. Los de McLaren siempre hicieron de pijos de la movida madrileña jugando a romper cosas, segundones, dicho con todos mis respetos. Pienso en Luis, en Martín, quien hizo que nos conociéramos, en Antonio y en Jorge Eduardo, en historias antiguas que carecen de sentido si no entendemos que Frank es hoy más libre que ayer y nos ha dado más cosas de las que son capaces de asimilar los chiquillos y sus doscientos ochenta caracteres por tuit.

Se nos ha ido un gigante inmenso, inabarcable, pero ha marchado sólo en apariencia. 

Bernie sigue empujando su silla de ruedas por el paddock mientras él sonríe como un crío. Si viviera el cabronazo de Enzo se habría quitado la chaqueta y remangado la camisa para hacer que Frank circulara todavía más rápido. La muerte es así, no entiende de rivalidades. Nos vuelve a todos buenas y generosas personas y hace tabla rasa con nuestros pecados. El patrón de Williams se ha tomado un merecido descanso, pero esa ola, Luis, esa ola merece un puto esfuerzo final, un último intento por demostrar que puede ser dominada, aunque para intertarlo haya que cambiar de catecismo y se haga necesario retroceder en el tiempo para comprender lo que hemos perdido mientras, supuestamente, nos hacíamos adultos.

So long, Frank! 

Os leo.

4 comentarios:

DeLorean dijo...

"Cuando abandone mi ser como una silla cuando me levanto

Y deje atrás el mundo como un cuarto de donde salgo,

Y abandone toda esta forma, de sentidos y pensamiento, de sentir las cosas,

Como una capa que me prende.

Cuando vea mi alma llegar a la superficie de mi piel

Y dispersar mi ser por el universo exterior,

Sea con alegría que yo reconozca que la Muerte

Viene como un sol distante en la alborada de mi nuevo ser".

(...)

F.Pessoa.

Frank siempre fue uno de los nuestros, alguien a quien uno recurría cuando ya era tarde y el mundo de los Horner & Wolff había quemado la tierra tras de sí.
Se puede contar alguna maldad de Sir Williams con algún piloto, con más de una "tuampa" y que vendió el noventa por ciento de su alma a los mercaderes de Arabia, pero precisamente porque nunca pretendió ser uno de los buenos, lo acabó siendo. Algo que, hoy en día, es complicado de encontrar. Todos ansían la perfección en la esquela de Wikipedia, y yo que siento predilección por tipos que tienen el fracaso en las rodillas pero nunca en la mirada...

Anónimo dijo...

Este sí q es uno de los grandes GOAT de todo esto, un verdadero animal de las carreras.

Nos vemos en el paddock, Frank.

King Crimson

Jarenito dijo...

Tras la venta de Williams, con el fallecimiento del bueno de Frank, acaba para mi la era romántica de la F1.

El fin de una era, hacía tiempo que el principio del fin era obvio, pero creo que con su muerte se cierra del todo la etapa.

Un grande que se ha ido para no volver.

Anónimo dijo...

Se fué el que le abrió la puerta del mundo de la F1 a los petrodólares árabes antes que nadie, para que ahora el GOAT se ponga un casco multicolor y todos sus fans eurocentristas crean que están haciendo la revolución junto a él. Un pionero Frank, que recibió el dinero manchado de sangre antes que nadie. Las paradojas de la vida, que se vaya en medio del "triple beheader" como ahora los fans de internet juran ser picantes. Chicos, que este negocio es despiadado, no hay lugar para buenismos. Viva Frank Williams, viva Aramco y vivan los petrodólares.