martes, 9 de noviembre de 2021

Un clamor


Pensaba que ya teníamos superados ciertos comportamientos infantiles, pero el final de la temporada WEC ha vuelto a destapar el tarro de las esencias, cierta peña se ha venido arriba, y vuelven a escucharse comentarios acerca de que la Resistencia es maltratada por los medios y, al final, la siguen los cuatro gatos de siempre...

Es cierto, tampoco vamos a negarlo, pero también lo es que las oportunidades no las aprovechan o desaprovechan sólo los medios de comunicación y las cadenas, también lo hacen los estiraditos que, a la postre, no saben vivir sin ser los cuatro gatos de siempre, ¡con lo que mola ser uno de los cuatro gatos de siempre!

Tuvimos a Fernando Alonso en el World Endurance Championship, no sé si lo recordáis, pero el súper campeonato 2018/2019 era entonces una porquería pinchada en un palo porque en LMP1 únicamente corría Toyota y las soluciones que ofrecieron ACO y FIA suponían simples parches que ocultaban una operación publicitaria. Las victorias del asturiano y sus compañeros ya se sabía, incluso en Le Mans, y por ahorraros el disgusto de tener que leerme en un párrafo descriptivo, diré que todo era una mierda y los principales detractores eran los mismos que se quejan ahora de cara a la galería, porque, en el fondo, son felices siendo los cuatro gatos de siempre, marcando territorio, que se dice.

Sin esta identidad purista no son nada, sin la queja permanente son aún menos, porque el ministro no puede recomendarnos que midamos la cantidad de carne roja que consumimos, menos evitar a los chiquillos una publicidad lesiva para su salud, pero ellos sin son quiénes para decirnos a los demás lo que es bueno o malo, cómo debemos entender una disciplina desconocida para muchos, y cuánto tenemos que abrir la boca para tragar sus historias de gatos gordos que siempre suman cuatro porque de donde no hay no se puede sacar.

Pasada aquella efervescencia que les molestaba tanto, las aguas han vuelto a su cauce y, como no han movido un puto dedo salvo para quejarse, hoy es el día en que la Resistencia tiene menos eco y languidece de cara a los aficionados porque los que deberían hacer cultura no la hacen (sic) y, bueno, ya se sabe, la culpa de que vivamos a dos velas siempre la tienen los demás.

Debo una entrada a la cultura que tanto cacarean porque el temita de los cojones tiene miga, mucha miga, pero terminaré por hoy repitiendo lo que he dicho otras veces: la cultura automovilística no cae del cielo ni consiste sólo en consumir pasado; se hace día a día, requiere un esfuerzo y queda feo que los cuatro gatos de siempre lo exijan a los demás cuando son ellos los mayores beneficiados pareciendo los raros y exclusivitos en redes.

Os leo.

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