sábado, 29 de agosto de 2020

Essere Ferrari!


Es un hecho contrastado que si no existiera Ferrari habría que inventarla. La escaleta anglosajona tiene marcado en rosso corsa que cuando la italiana no interpreta el papel de tramposa ejerce de inútil, y puesto que el año pasado fuimos los arteros de la parrilla, éste nos tocaba pasar por imbéciles que no saben construir autos, no como Racing Point, que a partir de unas cuantas fotografías se ha sacado de la manga un monoplaza fetén de la muerte que ha roto las quinielas...

En realidad no sé por qué me he puesto a escribir estas líneas. Soy la oveja negra del ferrarismo, no debería estar aquí, pero me produce tanta pena que mis supuestos correligionarios se hayan puesto a llorar y gemir por las esquinas porque es injusto cómo nos están tratando a los tifosi (sic), que a lo mejor todo consiste en esta sencilla solución a una ecuación compleja: es ahora cuando hacemos falta los empujones, los sopladores de La Scuderia. No mañana ni pasado mañana, hoy.

Nos falta motor, y como pasa con los aviones de papel, si nos excedemos con la potencia inicial o nos quedamos cortos con ella, lo de la sustentación, en este caso invertida, no durará mucho y el vuelo será corto. Tenemos un problema gordo que en el fondo es un problema chiquitito: la unidad de potencia, malherida después del pacto con la FIA, pero no es de recibo que nos suicidemos sin molestarnos siquiera en llegar a pie a tirarnos desde la azotea.

A ver, tragar toda la mierda que nos está cayendo es de idiotas. Hay calendario y ni siquiera hemos llegado a su ecuador. Y no, no luchamos contra Mercedes AMG, eso es lo que quieren que pensemos los plumillas británicos, peleamos contra Red Bull, y aunque la austriaca nos dobla en puntos, conviene no perder de perspectiva que después de Spa-Francorchamps quedarán todavía diez carreras. Cuando no sabíamos ni dónde íbamos ni cuánto duraría esto me jugué un jamón a que quedaremos segundos en la general de marcas a la salida de Abu Dhabi, y mi orgullo a que en Monza habremos enderezado el rumbo. No esperaba este panorama pero al menos he puesto mi granito de arena, y con tirita, pero, en serio, no son de recibo ni los gimoteos ni la abrupta falta de fe.

Essere Ferrari! no es un eslogan al uso, supone una forma de entender este deporte, porque como diría el jran Ligasórdida: la de Il Cavallino Rampante es la única escudería a la que merece la pena seguir porque su esencia es el drama.

Imagino a Williams intentado proporcionar drama y veo a la de Grove contratando a Pilar Jericó para que les saque del hoyo. Trato de colocar a Haas en idéntica tesitura y sólo se me ocurre que podría mejorar su cosa con la intervención de Juan Ramón Rallo o Daniel Lacalle en el apartado de prospección al corto plazo. Alpha Tauri es incapaz de generar drama, como Alfa Romeo. Racing Point ni siquiera ha aprendido lo que significa tan bello concepto. El drama en Enstone se llama Cyril Abiteboul, en Milton Keynes lo tienen todo controlado, y en Brackley... depende de cuántas pesadillas haya sufrido durante la noche el bueno de Toto Wolff mientras Susie abría armarios y miraba debajo de la cama para tranquilizarle, ya que si esperamos a Valtteri pueden darnos las uvas. McLaren dispone de un drama subyacente que aún no ha emergido, cosas de la poiesis, pero ésta es otra historia...

Si soñamos con que los anglosajones modifiquen su discurso vamos apañados, así que toca pensar por nosotros mismos. ¿Ferrari está hundida y acabada?, mejor hablamos de esto en diciembre, que hasta el rabo todo es toro. Nos sea que un puñado de caballos consigan que funcione el avioncito de papel, pero sea tarde para los que ya se han despeñado desde la ventana de la cocina del primer piso por evitarse el esfuerzo de subir hasta la terraza.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya me he quedado con ganas del drama McLariano...