«British» leña

La que se está montando a cuenta de lo sucedido ayer en Spa entre los chicos de Mercedes AMG, tiene visos de acabar en una escalada de violencia verbal que eclipsará cualquier otro acontecimiento, y tal es así porque Lewis, sabiendo perfectamente de qué pie cojea el negocio y ante qué tecla tiembla desde sus mismos cimientos, ha levantado hábilmente los ánimos de esa prensa que hace muy pocos años amamantaba con leche agria a nuestros más avezados gurúes.

Pues sí, ya están aquí los mismos que en 2007 avivaron la creencia de que un Hamilton, jovencísimo por entonces, podía subirse a las barbas de un hidalgo español porque él y su jefe lo valían, porque McLaren siempre ha sido británica como el propio deporte, porque era lógico que la FIA interviniera de oficio en Hungría ante la insinuación del padre del interfecto, y porque a abusones y sacamantecas no les gana nadie, para qué vamos a engañarnos.

Y el caso es que tal vez porque Fernando no está involucrado en este feo asunto o porque a Lewis ya le he pillado las vueltas con el transcurso de las temporadas, hoy debo admitir que me lo estoy pasando pipa con el espectáculo de marras entre otras cosas, porque el de Stevenage está interpretando sin saberlo o con plena conciencia, el papelón que le tocó sacar adelante al asturiano cuando militaba en Woking.

Así, a tontas y a bobas y que yo recuerde, Lewis ha ido gastando cartucho tras cartucho acusando a Nico no hace tanto, de copiarle las telemetrías, de sabotearle las vueltas lanzadas, de no ser tan voraz como él y ayer mismo, de haberle provocado el abandono en Spa. Obviamente Mercedes AMG no ha quedado exenta de tanto salpicón de porquería, sobrevolando sobre ella en la actualidad una serie de dudas razonables que lejos de permitirnos ver el bosque en toda su inmensidad, atizan esa turbia sensación de que a Lewis se la están jugando y bien jugada, como se la jugaron en otro momento y en otro lugar diferentes a Fernando.

Habiendo defendido en su momento a nuestro bicampeón del mundo sería bastante idiota por mi parte no defender ahora a su némesis de entonces, lo que no impide que me siga quitando el sombrero ante Lewis y su magistral capacidad para recabar apoyos entre los de su tribu, aquellos que se volvieron ciegos cuando hacía de verdugo y los mismos que claman venganza y fuego cuando honestamente tengo que decir que a mi modo de ver, Hamilton hace de víctima en 2014, como ya he dejado escrito en más de una ocasión en alguna parte de este blog.

Sensaciones aparte, lo que sí me queda claro es que Toto y Niki no están a la altura de los acontecimientos como no lo estuvo Ron en 2007. Que habiendo podido parar el asunto amonestando seriamente a Lewis por su comportamiento en Barcelona y a Nico por el suyo en Mónaco, manejan en la actulidad una patata caliente que se han ganado a pulso y que tiene todos los visos de estallarles en la cara como no se anden con cuidado, ya que la prensa británica ya ha lanzado su sombrero de copa al aire y busca con ferocidad a su contrincante.

En 2007 apenas hubo oposición en nuestra bendita España, cabe recordarlo, pero los alemanes son diferentes y al menos tan cazurros como los isleños en eso de defender sus cosas. Queda por ver cuánto sabrán o podrán aguantar los continentales por el bien de la de Stuttgart, que a Nico le estén escupiendo a la cara, pero como esto no se calme pronto va a haber leña, mucha leña, «british» leña.

Os leo.