Lo de Lotus es de película de miedo. Si la escudería que levantó pasiones el año pasado ya empezaba mal 2014 saltándose los entrenamientos de pretemporada de Jerez y yendo a la pata coja en los de Bahrein gracias a la pésima respuesta de la unidad de potencia Renault, la cosa empeoraría aún más en cuanto se abrió la persiana del campeonato.
Con poquísimo rodaje a sus espaldas y sin Éric Boullier a los mandos del wall, el E22, un vehículo alabado por su diseño y concepción en boca de sus rivales, demostró rápidamente la validez de la que ha sido la coletilla más mencionada en lo que llevamos de temporada: sin motor no hay aerodinamica que valga, con lo cual y al igual que comentábamos el sábado pasado en el caso de Sauber, las circunstancias funestas se han ido acumulando hasta definir un escenario bastante negro.
Sin práctica capacidad de reacción puesto que la motorista gala aseguraba que no estará al 100% hasta 2015, obviamente la solución pasaba por esperar a la recuperación de Renault o por cambiar de fabricante de unidades de potencia, situaciones ambas que aseguran que 2014 se ha dado por perdido en Enstone.
Así las cosas, Lotus ha apostado para el año que viene por Mercedes-Benz, pero esta solicita el abono de diez millones de dólares antes de que finalice esta sesión para comenzar a suministrar, lo que nos pone en que Gérard Lopez y su gente van a tener que hacer auténtico encaje de bolillos para llegar enteros a Abu Dhabi, coprometiendo además, los primeros pasos del diseño del E23 ya que las arcas de la negra con vitola dorada, no están para echar cohetes que digamos.
En sentido estricto todo esto no es bueno ni malo. La Fórmula 1 es tremandamente dura con quienes hacen mal sus cuentas y en este sentido, la apuesta de Lotus por mantenerse fiel a su linaje Renault le ha salido como un auténtico tiro por la culata, factura que si bien ya se ha pagado quizás con algún exceso que otro, augura para las 8 carreras que quedan un auténtico viacrucis en pos de las imprescindibles fiabilidad y regularidad puesto que a Romain Grosjean parece que lo quieren en McLaren, actual casa de Éric Boullier, y solo quedaría rezar para que Pastor Maldonado, recientemente renovado por Enstone, supiese mantener la cabeza lo suficientemente fría como para liderar la delicada etapa que se abre para la británica a partir del Gran Premio de Bélgica.
Os leo.
Sin práctica capacidad de reacción puesto que la motorista gala aseguraba que no estará al 100% hasta 2015, obviamente la solución pasaba por esperar a la recuperación de Renault o por cambiar de fabricante de unidades de potencia, situaciones ambas que aseguran que 2014 se ha dado por perdido en Enstone.
Así las cosas, Lotus ha apostado para el año que viene por Mercedes-Benz, pero esta solicita el abono de diez millones de dólares antes de que finalice esta sesión para comenzar a suministrar, lo que nos pone en que Gérard Lopez y su gente van a tener que hacer auténtico encaje de bolillos para llegar enteros a Abu Dhabi, coprometiendo además, los primeros pasos del diseño del E23 ya que las arcas de la negra con vitola dorada, no están para echar cohetes que digamos.
En sentido estricto todo esto no es bueno ni malo. La Fórmula 1 es tremandamente dura con quienes hacen mal sus cuentas y en este sentido, la apuesta de Lotus por mantenerse fiel a su linaje Renault le ha salido como un auténtico tiro por la culata, factura que si bien ya se ha pagado quizás con algún exceso que otro, augura para las 8 carreras que quedan un auténtico viacrucis en pos de las imprescindibles fiabilidad y regularidad puesto que a Romain Grosjean parece que lo quieren en McLaren, actual casa de Éric Boullier, y solo quedaría rezar para que Pastor Maldonado, recientemente renovado por Enstone, supiese mantener la cabeza lo suficientemente fría como para liderar la delicada etapa que se abre para la británica a partir del Gran Premio de Bélgica.
Os leo.
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