sábado, 30 de noviembre de 2019

En salva sea la parte


Esteban Ocon ya ha recibido la patada en el culo que lo consagra como piloto Renault. El año pasado por estas fechas, Red Bull no daba el puntapié correspondiente a Daniel Ricciardo, y el australiano se veía obligado a invertir el mes de diciembre en terminar su contrato con la austriaca, perdiéndose los test de Abu Dhabi y condenado a malvivir como un perro apestado en los dominios de herr doktor Marko.

Hay noticias que te reconcilian con el ser humano. Toto Wolff, nativo de Austria como Helmut Marko, ha hecho gala de haber nacido en la cosmopolita Viena y ha cerrado las puertas del box de Mercedes AMG a Esteban, pero con la intención de que el chaval no pierda el tiempo y se ponga a la mayor brevedad posible el mono de trabajo de su nueva escudería, porque en Fórmula 1 no se puede desperdiciar ni un segundo, y porque es mejor aprovechar cualquier oportunidad para hacer amigos o acaso mantenerlos.

Resulta obvio decir que tanto Ocon como Wolff no han visto nada ofensivo en la patada en salva sea la parte que ha tenido que dar el segundo al primero. Era totalmente necesaria. La vida son ciclos y algunos hay que cerrarlos a las bravas. Brackley niega el paso a Esteban a la vez que le hace un regalo infinitamente generoso, ya que el francés podrá entrenar con su nuevo equipo a partir del martes mismo, algo que negó a Daniel la vengativa trituradora de Graz hace prácticamente doce meses exactos.

Os leo.

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