sábado, 26 de enero de 2019

¡Que viva el Pravda!


Vaya por delante mi más absoluto y profundo respeto por los profesionales y no tan profesionales que narrarán puntualmente las peripecias y andanzas del automovilismo deportivo pero sólo a los abonados que han pasado por caja, incluso aquellos que defienden en público que son soluciones el geobloqueo de restransmisiones alternativas o el capado de contenidos por parte de la plataforma que ostenta los derechos exclusivos, que ha pagado por ellos y obviamente se los folla como quiere.

Comprendo que huelga cualquier comentario teniendo tan a mano la salmodia de que el alonsismo es el culpable de que la cosa no remonte en España, más bien se retraiga, una vez Alonso ha dado la espalda a la Fórmula 1, pero me apetece echar el ratito sobre la perfidia y lo contraproducente que resulta, a mi modo de ver, este bendito modelo de explotación.

Por ponernos en situación diré que no es lo mismo ofrecer contenidos exclusivos que tener la exclusiva de los contenidos. Si un fabricante de yogures produce en exclusiva para una cadena de comercios es legítimo y aceptable que el consumidor sólo los encuentre allí, otra cosa es que no los produzca en exclusiva y ésta consista en desabastecer de yogures a otros puntos de venta en un área lo suficientemente grande como para que el negocio de la cadena quede asegurado.

Desgraciadamente lo he vivido en propias carnes, no con yogures, claro, sino con Juegos de Rol, pero os ahorro las descripciones porque lo de menos en este fenómeno es la calidad del producto, en realidad no importa, sino el cinturón de seguridad que se organiza a su alrededor, que a la postre es el que define su éxito y el de la modalidad, ya que las posiciones dominantes se compran y puesto que, como decíamos hace unas líneas, la calidad no es importante, se puede ofrecer una auténtica mierda al consumidor porque al final, al productor no le pasará absolutamente nada e incluso podrá subir los precios ya que no hay competencia a la vista.

En la era de la globalización parece un sindiós que haya compañías que se comporten como algunos regímenes totalitarios que por el bien de sus poblaciones capan contenidos de internet, los censuran o directamente los hacen inaccesibles tirando de geolocalización, aunque lo que realmente me preocupa es la docilidad con que lo admiten algunos aficionados.

Está bien que se cobre por un determinado contenido, lo legitimo y lo defiendo. Incluso en el marco de una misma señal tipo FOM, WEC o IMSA, entiendo que el margen para ofrecer calidad personalizada es bastante grande, pero como la calidad sigue sin ser relevante, o no se cuenta con presupuesto para alcanzarla, o no hay interés en lograrla, lo mejor es obligar a que todo el mundo pase por la caja única impidiendo que se busque la vida en otros lares.

Y todo esto me parece contraproducente y muy irresponsable porque con las nuevas aventuras de Fernando fuera de la Fórmula 1 vamos a perseverar en el pan para hoy y hambre para mañana

La gente no es tonta y le gusta elegir, y si no puede o ve complicado hacerlo, acabará cansándose o apartándose poco a poco por simple ley de vida. El Pravda era prácticamente el único periódico que se podía leer en la Unión Soviética y disponía de tiradas descomunales, aunque casi no lo leía nadie porque ya se sabía qué iba decir —por cierto, la traducción al español de su cabecera es «La Verdad»—. Y ya si eso, otro día echamos el ratito hablando sobre cómo se consiguió que el Mein Kampf de Adolf Hitler se convirtiese en un un auténtico best seller y un éxito de ventas sin parangón en la Alemania nazi.

Os leo.

2 comentarios:

pocascanas dijo...

En la Alemania hitleriana se distribuían desinteresadamente receptores de radio cuyo dial sintonizaba una única estación: la oficial.

Anónimo dijo...

El año pasado compré el servicio de retransmisión por internet de f1.com.

La verdad, prometía mucho. Poder colarme en el cockpit del piloto que me gusta, escuchar sus radios con el equipo. Disponer de dos ventanas de imagen, la general y la visión del piloto... Shut up and take my money!!

La cosa no funcionó bien, devolvieron el dinero a la gente porque hubo algunos tropiezos técnicos. PERO ES EL FUTURO. Quizás Liberty quiso meterles el miedo a algunos zares, y el asunto se quedó en nada.

Pero es imparable. Como Spotify.

Y a la que amenacen con geolocalizar contenidos, averiguad por una buena VPN. Al final, abono f1TV + VPN, resulta mejor que la oferta local.