martes, 29 de enero de 2019

Valtteri in sad


El año pasado sí pensaba que Valtteri iba a disponer de oportunidades en Brackley, pero se me ha pasado...

Cuando en abril del año pasado escribí que Stuttgart pretendía suplantar a Maranello abordé el asunto en términos políticos, de poder en el paddock y eso [Mercedes quiere ser Ferrari], y se me pasó por alto contemplar que en Fórmula 1 vales tanto como puedes aparentar y que aquí entraban los siete títulos de Michael prácticamente como un fijo en la quiniela. 

El 28 de diciembre de 2018 —¡telita con la fecha elegida!—, conocíamos por boca de Toto Wolff lo contento y humilde que se sentía el austriaco ante el logro de de Brackley hubiese igualado los cinco mundiales consecutivos en marcas y pilotos, conseguidos por La Scuderia entre 2000 y 2004: «We are very relieved with the fifth double this year because it puts us on a par with Ferrari, the great Todt/Schumacher era. [...] And that is what I can remember as a "child" - unbelievable! So having matched that feels very humbling and I feel grateful for it» [Toto Wolff humbled to match F1 records of Schumacher/Ferrari era]. Y bueno, sin beberlo ni comerlo nos habíamos metido de lleno en temas numéricos y el resto casi se hilvana sólo.

Hamilton tiene en estos momentos 5 coronas mundiales y los registros de Schumacher le andan a tiro de piedra, más si cabe si tenemos en cuenta la superioridad mostrada por las flechas de plata durante la etapa híbrida, así que quien lee «quiero ser como» puede leer también «pretendo ser mejor que», porque queda más a mano y porque, a la postre, esta gente se gasta los dinerales que pone sobre la mesa con objetivos meridianamente claros.

Obviamente, batir a Ferrari no parece una quimera ni en el plano del Mundial de Conductores ni, por supuesto, en el de Constructores, pero todo ello me lleva a pensar en qué papel jugará Valtteri Bottas en este tinglado, ya que si tuvo alguna vez una miserable oportunidad de hacer un Rosberg, me da que ya ha pasado y que como los trenes de los aforismos, no volverá a parar en los andenes del de Nastola.

En lo personal me produce una pena tremenda. Bottas me gusta, aunque me temo que ahora es más imprescindible que nunca como escudero. Sí, como un Barrichello cualquiera, porque el proyecto alemán lo requiere, por nada más. También me produce bastante tristeza, pero con vuestro permiso lo dejamos aquí porque éste es tema para otra entrada.

Os leo.

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