miércoles, 16 de enero de 2019

McLarenitis


Aunque tengo el cuerpo como si fuese un leño seco de árbol, no me resisto a echar el ratito mañanero hablando de Fórmula 1 en Nürbu.

Estoy leyendo bastante porque en algo hay que entretenerse metido en la cama durante los episodios en que estoy despierto, porque, la verdad, duermo ahora lo que no está escrito, aunque sea a deshoras y hoy lleve en vela desde las dos de la madrugada. En fin, a lo que vamos: percibo en el ambiente formulero una creciente pulsión tendente a facilitar la vida de McLaren —que ya iba siendo hora, para qué vamos a engañarnos—, y me apetece compartir con vosotros mis inquietudes.

A lo peor me equivoco, no sería la primera vez, ni la única, aunque me da que este año no toca. El fichaje de Andreas Seidl, así como los anteriores de Bob Fernley y Gil de Ferrán, ha dado pie a dibujar un escenario que empieza a hacer creíble aquella Gran McLaren de la que nos hablaba Zak Brown en julio del año pasado, en la que muy pocos creían porque Woking andaba canina y porque Zak Brown no era el hombre para liderarla, etcétera...

En realidad el panorama se ha modificado muy poco. Sigue al frente del proyecto el californiano del que se ha dicho repetidas veces que quizás tenía una visión distorsionada de lo que supone «realmente» nuestro deporte, y, que sepamos, la tesorería de McLaren no ha recibido la visita del Séptimo de Caballería, de hecho, el asunto del patrocinio de Coca-Cola se redujo a mínimos por parte de no pocos especialistas. Lo que sí ha cambiado es que Alonso ha partido con dirección a aventuras más divertidas y, en cierto sentido, tal circunstancia podría justificar el incipiente y sutil cambio de rumbo que está mostrando la prensa amiga.

A los british les gusta mucho dar amor a sus compatriotas. Pasó en 2007 y en el periodo de convivencia entre Hamilton y Rosberg (2016), así que no sería de extrañar que cuiden con mucho mimo de Lando, porque a ver, ¿qué iba a hacer McLaren con un norteamericano, un español y un belga en sus filas?, pues ir mal, obviamente.

Es broma. Alonso no era el tipo adecuado, incluso ofendía a los de Honda o se iba a pasar el rato en las 500 millas de Indianápolis. El ovetense no estaba comprometido o se retiraba si no veía opciones de puntuar [La pregunta que nadie se atreve a hacer], por citar unas pocas perlas del infinito cariño mostrado por los gacetilleros ingleses hacia nuestro compatriota.

Y bueno, para ellos también Fernando es pasado, y como está Norris y tampoco resultaría conveniente meterle en un sarao tristón como el que se le presupone a Russell en Williams, menos si cabe en los inicios de su andadura en Fórmula 1, surge el milagro y lo que era negro zahíno hace unos meses o incluso semanas, se ha ido tornando gris matizado y esperanzador con la contratación de Seidl. McLaren está dejando de ser la loser que nos han venido dibujando de 2015 a esta parte y ahora parece que apunta maneras, y casi me atrevería a decir que la prensa amiga va a sufrir de McLarenitis optimista y aguda durante 2019. Como si lo viera.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"En España nadie parece querer entenderlo, pero en el paddock todo el mundo sabe que Fernando con un coche 1 segundo inferior es capaz de convertir en un infierno la comodidad de los de arriba. Si está a 5 décimas o a 3, ni os cuento…"

Amén. Ya lo hemos visto en 2010 y sucesivos... Y Whiting lo sabe, y por eso pasaba lo que ocurría.

Josemi dijo...

Por mi trabajo, tengo la suerte o la desgracia de conocer gente de muchos paises de europa. Y siempre he tenido la sensación de que los mas nacionalistas (o chovinistas) son los griegos, grandes tipos, por otra parte. Pero inmediatamente despues, estan los ingleses. Lo disimulan, parece como que no, pero no cabe duda que lo son. Y no me cabe duda que ahora que ya no esta en McLaren el malo, la prensa inglesa y los grandes popes van a intentar sacarlos del agujero.