lunes, 16 de abril de 2018

Se llama rivalidad


El adelantamiento de Alonso a Vettel en Shanghai todavía colea, y eso que vamos dando carpetazo al lunes. Desconozco cómo acabará la cosa en este mundo de buenos y malos que se monta determinada gente que prefiere mirar con lupa aquí en vez de tratar de analizar cosas sustancialmente más jugosas, lo que sí sé es que el lance de los demonios se corresponde con eso tan a desmano ahora que antes se denominaba rivalidad.

Un piloto sobre un coche herido en su fondo plano, inestable e impreciso de conducir, se defiende como si le fuese la vida en ello. El que va a sobrepasarlo, mide primero, engaña después y traza quirúrgicamente su maniobra para no dejar vivo al enemigo...

Ayer importaba muy poco qué plaza estaban disputando. Vettel muy bien podía haber cedido el paso porque su monoplaza no iba bien, pero es quien con intención de emular a Michael Schumacher recogió el bastón dejado por el asturiano en La Scuderia a finales de 2014. Fernando podía haber esperado porque su coche funcionaba correctamente y era cuestión de tiempo que el 5 de la rossa flaqueara todavía más, pero lleva demasiado tiempo conduciendo vehículos que no dan para muchas alegrías, además, el que va delante es Sebastian...

Afortunadamente no se trataba sólo de eso. Uno y otro pelearían una posición incluso con triciclos con ruedas de madera, más si cabe sabiendo quién pretende arrebatársela. Lo llevan en la sangre y a todas luces parece tarde para intentar cambiarlos, así que mejor nos olvidamos de la acción en sí y pensamos en sus protagonistas y en cómo la vivieron, ya que seguramente nos daremos de bruces con la esencia de la competición: la rivalidad.

Recuerdo hace unos años. Hamilton vivía horas opacas y conducía uno de aquellos McLaren de 2009 o 2010, y Alonso tramitaba su vida a bordo de los Renault R28 y R29. Pero cuando coincidían en pista luchaban como si la vida los iluminara. Y el caso es que los aficionados de entonces sabíamos apreciarlo como chuches a la salida del colegio, seguramente porque entendíamos que la rivalidad no es un traje que se puede dejar colgado de un armario, e intuíamos que entre el británico y el español había algo especial desde 2007, que los llevaba a buscarse y encontrarse para saludarse sobre el asfalto como han hecho siempre los pilotos: midiendo sus respectivas fuerzas.

Lamento en el alma que ahora nos haga falta un folleto con instrucciones precisas para saber si hacemos lo correcto o no. Antes no pasaba, puedo jurarlo. Te levantabas de la cama y no necesitabas de supernanny o el hermano mayor para ir al baño procurando no orinar fuera de la taza y dando a la bomba después. Eran tiempos nobles. Creo que yo gastaba espada láser y todo, luego lo reviso.

No me extiendo. Podemos ver las cosas de nuestro deporte bajo la escrupulosa luz del reglamento o disfrutarlas sin más. Lo de ayer me pareció bonito en tanto en cuanto dos historias de la Fórmula 1 se cruzaban en la pista de Shanghai. Nada menos que seis campeonatos mundiales luchando por una miserable séptima plaza. Uno podía haber renunciado a oponer resistencia pero no quiso. El otro podía haberse mostrado menos contundente pero tampoco quiso. La rivalidad y sus secretos, yo no le daría más vueltas.

Os leo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Rivalidad no sólo entre los que se la juegan en pista. Los de afuera también quieren aportar lo suyo...

Que alguien me diga si mi observación fue equivocada, o Whiting esperó a que Maclaren resolviera su parada en boxes antes de soltar al safety car...

Anónimo dijo...

Benditos pilotos gallitos de pelea, carreristas, no fui capaz de ir al baño durante toda la carrera, parecía que estaba todo estable y entran a por gomas redbull, y luego mas y mas gran carrera en China divertida, otro no disfrutan cuando le ofrecen espectaculo, saludos José

fleichié dijo...

Yo no puedo ni quiero ser tibio en esto , y menos políticamente correcto .
El que un piloto como Vettel lleve nueve temporadas , nueve!!!! que se dice pronto , quedando mejor clasificado en el mundial de pilotos , es la mayor vergüenza de este deporte . Es impresentable e indica lo podrido y corrupto que está esto .
Por lo tanto , lo de ayer , vamos je je je , no era ilegal ni aunque lo hubiese mandado directamente al pitlane.....al menos para mí .
Le leo maestro .

enrique dijo...

Es todo de una corrección política y buenismo que da asco. La gazzetta sello sport ayer preguntandose, "por que Alonso?". En fin... Se quedan retratados ellos solitos.

Anónimo dijo...

La gazzetta estaba mejor preguntándose por qué Ferrari no solo le dió la mejor estrategia a VET (lógico), hizo que KIM ayudase a su compañero (también lógico) sino que llegó al límite de no solo usar a KIM para ayudarlo sino que le le machacó sin necesidad xq el hacer que esperase en pista hasta q llegase BOT para intentar quitarle ¿qué, unas milésimas?. Porque cuando llegase BOT, KIM tendría las ruedas tan mal que no podría pararle nada, y encima le destrozaban toda la carrera a su segundo piloto que además perdió más tiempo al frenar para dejar pasar a su compañero. Y añadimos todo eso a que encima era a BOT, ni siquiera era al que está luchando con VET en el mundial

Y respondiendo a esa pregunta de la Gazzetta, además de lo que dices, ALO tenía q pasarlo lo antes posible para intentar ganar otra posición, la de VER que tenía 10 seg de penalización. No lo consiguió por sólo 2 décimas. Hay pilotos, como ALO, que tienen una mente privilegiada y tienen la carrera en la cabeza

marta

ivano dijo...

A Vettel no le gusta la rivalidad Jose. Mira como lloraba por radio por el adelantamiento. Menuda plañidera.