¡Ay, Vitaly!

Que sepas que yo no te guardo rencor y que entiendo perfectamente que ayer nos dieras la tarde por haber hecho honestamente tu trabajo, y te lo digo abiertamente porque ya he leído en un par de sitios que en España se te va a declarar enemigo público o algo parecido, o incluso peor. Pero yo que tú no me agobiaría demasiado porque aquí también hay quien te acogería con los brazos abiertos por lo rocoso que te mostraste ayer con Fernando, así que al final todo se traduce en lo bien que sepas elegir a qué parte de este bendito país te vas a trasladar cuando Renault te comunique que no cuenta contigo para el año que viene, que la noticia está al caer, ya lo verás.

Sí, te comprendo, ¿cómo no iba a hacerlo? No hay nada más comprensible que alguien se tome el trabajo de motivar a un piloto cuya vida profesional pende de un hilo, exigiéndole que demuestre de qué material está hecho en una mierda de circuito en el que mantener la posición resulta pan comido. Luego viene lo de valorar toda la temporada olvidándose de ese último esfuerzo, y ¡zas!, si te he visto no me acuerdo.

Pero no se lo tomes a mal a tus jefes, porque ocurre hasta en las mejores casas. Mira a Hulkenberg, y eso que el tipo ha conseguido una machada en Brasil y es bastante mejor que tú, si me permites decírtelo. Lo suyo y lo tuyo, y lo de tantos, va en las entrañas del método que han impuesto genios de las finanzas como Bernie. Valéis lo que vuestro bolsillo, y si éste está lleno, pues a tirar para adelante; y si éste anda cortito de remanentes, se ha agotado o ronda el cortijo otro piloto con más pasta, pues pasa lo que pasa y no debe sorprender a nadie.

Y es que en el fondo vuestra penuria laboral viene bien a todo el mundo, no nos engañemos, porque os convierte en seres muy dóciles cuando conviene a la misma cúpula de elementos que no se corta un pelo en exigiros ilusión y compromiso, aunque tampoco se lo pensará dos veces en desprenderse de vosotros cuando estéis completamente exprimidos como limones.

Ayer hiciste bien tu trabajo y los que no hicieron bien el suyo fueron los de Ferrari, pero para otra vez recuerda que en un deporte tan duro como la F1, hay que saber ser leal con quien te paga el sueldo, sí, pero también elegante con los compañeros, más que nada porque cuando todo se termine, al menos quedarán algunos amigos con quienes compartir unas cañas, o unos vasitos de vodka.

Sabías perfectamente que Fernando y Mark se la estaban jugando. Eras consciente del tapón que habías montado. Tenías que intuir también que la desesperación del asturiano podía acarrear feas consecuencias para él o incluso para ti (¡anda que si en vez del de Oviedo llega a ser Lewis!), y te limitaste a hacer lo que te habían ordenado en un circuito facilón para retener rivales…

Pena que quede tan poco para que descubras que desperdiciaste una oportunidad de oro para haber demostrado lo duro que puedes portarte, durante unas vueltas ¡hombre!, y que perteneces a esos buenos deportistas que se miden también por lo generosos que se muestran en situaciones en las que su lucha es otra.

Te veo.