Los procesos en Fórmula 1 suelen ser largos, bastante dilatados en el tiempo, al menos lo suficiente como para desestimar como argumento el aquí te pillo y aquí te mato o el más convencional fue llegar y besar el santo, pero una vez consigues lo que te has propuesto comienza lo bueno porque la prisa ya no te pertenece y los que consideran que pueden someterte a ella tienen mejores cartas para acabar arruinándote la vida.
A McLaren le faltan algunos hervores y pulir numerosas aristas ante de que podamos exigirle un comportamiento de equipo ganador. Los más jóvenes no sabéis ni de lo que hablo, algunos adultos tampoco, pero el proceso de consolidación también es lento en nuestra actividad y, obviamente, hay que brindarle la paciencia que requiere, o seguiremos jugando a las fantasías animadas de ayer y hoy, con riesgo de que más de uno se abra la cabeza de tanto golpearla contra la cruda realidad.
Os leo.
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