sábado, 7 de agosto de 2021

La Marseillaise, 1974 [#24LeMans 42]


Los rumores sobre la retirada de Matra del Mundial de Resistencia (World Sportscar Championship) al finalizar la temporada, se habían consolidado como una certeza sin confirmar antes de la celebración de la 42ª edición de las 24 Horas de Le Mans, lo que sirvió para descafeinar aún más una cita en La Sarthe que no alcanzó a congregar ni la mitad de público que en 1969, concretamente, en 1974 se sumaron alrededor de 200.000 almas que no quisieron desperdiciar la oportunidad de despedir en el santuario francés ni a la escudería que les había hecho soñar por tres años consecutivos, ni, por supuesto, a los hombres que integraban sus tripulaciones, especialmente a Pescarolo.

La otra causa de deslucimiento fue la incomparecencia de Ferrari. La Crisis del Petróleo desatada el año anterior [Matra vs. Ferrari, 1973 (#24LeMans 41)] había mermado la capacidad de venta de automóviles en todo Occidente y, en consecuencia, los fabricantes redujeron gastos e inversiones a la espera de tiempos mejores, lo que afectó a las divisiones sport de aquellas marcas que las mantenían. En este escenario ciertamente pesimista en lo económico, Enzo Ferrari había logrado imponerse a los criterios deportivos de FIAT pero, puesto que no había dinero para todos los sueños, se vio en la encrucijada de tener que elegir entre Resistencia y Fórmula 1, apostando por la segunda.

La decisión se demostró como acertada ese mismo año. De haber terminado en sexta posición en el Mundial F1 de 1973, Ferrari se aupaba a la segunda en 1974 y a partir de 1975 firmaba tres coronas seguidas en Constructores, amén de los dos títulos en Pilotos que consiguió Niki Lauda para la rossa (1975 y 77). En todo caso, volviendo a lo que nos ocupa, la ausencia oficial de la italiana se hizo notar en el WSC, convirtiendo el campeonato en un paseo monumental de Matra con la tercera evolución de su biplaza descubierto, el Matra-Simca MS670C, y por supuesto, se iba a notar también en Le Mans.

La mayoría de fábricas se había volcado en la categoría GT, no obstante, en Sport Cars 3.0 Litros tenían presencia dos Gulf Mirage GR7 y dos Ferrari 312P y un 308 GT4 de la escudería NART, sumando entre todos una panoplia a todas luces insuficiente para dar réplica a los Matra en su terreno.

La participación española subió a siete pilotos aunque sólo tomaron la salida tres de ellos debido a que Emilio Zapico no obtuvo plaza, como tampoco Jorge Pla, Luis Rosal y José Clot. Sí la consiguieron José María Fernández para Escuderia Montjuich, compartiendo el volante de su Porsche 911 Carrera RSR con Claude Haldi y Jean-Marc Seguin, y Juan Fernández y Francisco Torredemer, que condujeron el Porsche 908/3 de Écurie Tibidabo junto a Bernard Tramont.

Fruto de las circunstancias reinantes y de los feos augurios que enturbiaban el horizonte, únicamente se inscribieron 86 candidatos a disputar la prueba, de los cuales, y tras la pertinente criba de los comisarios y las habituales renuncias, sólo arrancaron 50 el sábado 15 de junio al amparo de una metereología plenamente veraniega que contempló la aparición de lluvia al término de la cita, que puso en bandeja el dominio de Matra desde el momento mismo en que el Pace Car abandonaba la pista y el Ministro de Industria francés, Olivier Guichard, hacía ondear la tricolor dando inicio a la carrera.

Hasta poco antes de la media noche el recital de Matra fue apabullante. Los dos MS670C, el MS670B y el MS680 de la escuadra gala se mantuvieron siempre en las primeras cuatro posiciones, sólo inquietados, pero sin ofrecer riesgo aparente, por el Mirage GR7 conducido por Derek Bell y Mike Hailwood. De todos ellos destacaban los dorsales 7 y 9 de Écurie Gitanes, los MS670C, el primero conducido por el poleman Henri Pescarolo y su compañero Gérard Larrousse, y el segundo por Jean-Pierre Jabouille y François Migault. El MS680 de Jean-Pierre Jarier sufría un incidente con un Porsche 911 en su reincorporación a pista después del atardecer que lastró momentáneamente sus opciones, pero tiempo después, cuando llevaba el volante Jean-Pierre Beltoise y parecía haber recuperado el tiempo perdido, alrededor de las 23:30 del sábado su motor comenzó a dar indicios de no refrigerar bien, circunstancia que lo llevaría a garajes para abandonar 90 minutos más tarde tras un infructuoso intento de localizar y arreglar la avería.

Suerte pareja corrió el MS670B de Jean-Pierre Jaussaud, Bob Wollek y José Dolhem, y prácticamente a la misma hora, lo que llevó a Gérard Ducarouge a ordenar que los dos vehículos supervivientes bajaran revoluciones en aras de evitar fatiga y sobrecalentamiento en sus propulsores. Para ese instante únicamente circulaban 31 coches en La Sarthe de los 50 que habían partido. 

El ritmo impuesto arriba había pasado factura a una parte importante de la parrilla, pero la orden de Ducarouge iba a facilitar que ésta se comprimiera durante las horas previas al amanecer, permitiendo que algunos GT trataran de tú a tú a los Sport Cars, sobre todo al Gulf Mirage GR7 de Bell y Hailwood, que fue adelantado por el pequeño Porsche 911 Carrera RSR de Gijs van Lennep y Herbert Müller, que se puso segundo aprovechando los problemas que retrasaron al MS670C de Jabouille y Migault, y a punto estuvo de liderar la prueba hasta que, en pleno ataque al Matra dorsal número 7, su caja de cambios perdió el engrane de varias velocidades.

Sin 1ª y 2ª el Porsche comenzó a ceder terreno y a distanciarse del Matra de Pescarolo y Larrousse, sin la 5ª, tuvo que conformarse con mantener la plaza y gestionar la ventaja con el segundo coche francés. 

Pero en las 24 Horas de Le Mans puede suceder cualquier cosa y en esta ocasión ocurríó. Con las primeras luces del domingo bañando La Sarthe, el dorsal número 7 tuvo que pasar por garajes para resolver una inquietante avería en su caja de cambios que por fortuna pudo ser resuelta en un tiempo razonable, lo que le permitió volver a pista aunque tan sólo con un giro de ventaja sobre Van Lennep y Müller...

La mañana transcurrió tranquila aunque la lluvia visitó el circuito de manera intermitente y por zonas, en todo caso, nada cambió el guión esbozado a las 10:00. 

Cruzaron la meta 21 coches, menos de la mitad de los que salieron 24 horas antes. Vencían Henri Pescarolo y Gerard Larrousse con 337 vueltas completadas a bordo de su MS670C. A 6 de descuento, acababa en segunda posición el Porsche de Gijs van Lennep y Herbert Müller. Cerrando el podio, Jean-Pierre Jabouille y François Migault sobre el Matra restante, después de haber acumulado 324 giros. A 7 más, el Gulf Mirage GR7 de Derek Bell y Mike Hailwood.

Pescarolo y Matra conseguían así su tercera victoria consecutiva en Le Mans. Sonó de nuevo La Marseillaise, pero hay quien dice que aquel domingo 16 de junio de 1974 tenía un tono más triste...

2 comentarios:

Chubascos dijo...

Muy bien documentado... Es bueno. Pero habla del tontucio del Max, que es piloto de pago y se anuncia que tendra un piloto que hará de escudero. Resumiendo: Que la habilidades del piloto se veran muy reducidas contra las legalidades del momento. Le pondran el Piruli , como se lo pusieron a Sebastian Vettel y despues se descubre que este piloto es una mierda?.
Os recuerdo a todos y todas que Red Bull siempre se ha caracterizado en tratar muy mal a sus pilotos. O no, tenemos memoria?. Adeu

Chubascos dijo...

Y donde puedo ver mis comentarios?. Arregla tu pagina. No es intuitiva.