lunes, 23 de agosto de 2021

Montoya y el ¡gústele!

De todo este rollo bananero que se ha montado a cuenta de la victoria de Juan Pablo Montoya en la categoría LMP2 Pro-Am (tripulación compuesta por pilotos profesionales y amateurs, en el argot, conductores de segunda línea, plata, y John Doe, bronce) en las 24 Horas de Le Mans de 2021, sólo me intriga saber qué estarían diciendo ahora mismo los defensores de esta Triple Corona si el protagonista se llamara Fernando Alonso y hubiese terminado en décimo quinta posición a quince vueltas de los ganadores absolutos, siendo, además, el décimo en concluir de la clase LMP2 aunque el primero de una clase creada para este mismo año [Polémica en torno al cambio de normativa de pilotos de la clase LMP2]...

¿Que al colombiano le vale?, pues perfecto. ¿Que a sus seguidores les satisface?, pues perfecto también. ¿Que complace a quienes no pierden oportunidad de intentar meter el dedo en llagas inventadas?, pues cojonudo... 

Basta tirar un poquito de hemeroteca para comprobar que cuando el asturiano la puso sobre el tapete, la Triple Corona importaba poco o nada al de Bogotá y a la mayoría de los que han salido a defender la legitimidad del acaecido ocurrido en La Sarthe, que no han sido precisamente pocos, y, bueno, a partir de aquí, a seguir intentado parecerse al irrepetible Graham Hill y, de paso, a por la Triple Corona de Resistencia, que también está asequible: Rolex 24 at Daytona, 24 Horas de Le Mans, y las 12 Horas de Sebring (IMSA), única prueba que no ha ganado todavía el de Oviedo.

¡Gústele al que le guste...!, que diría Montoya, a quien, por cierto, hay que quererle como es porque resulta tarde para cambiarlo, pero que, desde luego, ha dado la sensación de que se le atragantó ver cómo en La Sarthe trataban a Fernando como una leyenda del motorsport.

Sed felices. Os leo.

1 comentario:

DeLorean dijo...

La diferencia entre Fernando y Juancho (lo llamaron "One" pero también "Big Mac") es que uno es una leyenda y el otro un Pastor Maldonado con coche para pelear. Si vamos un poco más allá, vemos que el astur ganó dos mundiales del pináculo del motorsport (por muy prostituido que esté ahora), uno a Kimi, el piloto que retiró precisamente a Montoya de la F1, y otro a Schumacher, otra leyenda a quien Juancho solo pudo batir en la "parada del autobús" y en sueños... No tengo nada en contra del colombiano, vaya por delante, sin embargo considero que las 500 es un show más que una competición entre otras cosas y, por ello, me parece la barbacoa del motorsport. Para mi gusto, la triple corona debería incluir el mundial de F1 entero y así, el piloto más grande que ha dado la F1, Sir Jim Clark, tendría ese reconocimiento que no le hace falta más que a los pilotos de este mundo. ;)