miércoles, 4 de agosto de 2021

¡Es la competición, amigo!

El sólo hecho de que estemos discutiendo sobre quién tiene que pagar los destrozos ocasionados en un accidente durante una carrera, demuestra que somos rehenes de un estado de cosas que se empeña en mearnos mientras nos dice que llueve. 

¿Alguien imagina que un equipo de fútbol reclame a otro por daños y perjuicios ante la baja por lesión de uno de sus jugadores por una entrada de un rival? Parece descabellado, ¿no? Hay seguros que cubren este tipo de contingencias y cualquiera con dos dedos de frente diseña un plan B por si las cosas se tuercen y no salen como está previsto. Pero en Fórmula 1 parece que vivimos en los mundos de Yupi y que nuestra mayor aspiración es bailar El Lago de los Cisnes.

Hay un nuevo marco económico sancionado por todos los equipos y da la sensación de que Mercedes AMG, Red Bull y ahora Ferrari, no se han enterado de lo que significa reducir costos y competir con menos dinero. Para echar gente a la calle se anda listo, pero cuesta asumir que con menos pasta se puede hacer menos y que ésta es la máxima vigente desde ya. 

Así las cosas, las vedettes insisten en llorar en cuanto se les rompe un coche y determinado tipo de aficionado lo entiende, ¡manda huevos!, y llega incluso a enarbolar teorías que explican por qué no se pueden comparar las exigencias a las que se enfrenta Haas con las que tiene ante sí Red Bull, por ejemplo, o por qué Aston Martin debería abonar la nueva UP a Ferrari, o por qué la sustitución de ésta no debería contar en el cómputo final de la italiana, cuando el nuevo límite presupuestario va, precisamente, de que se vaya reduciendo la brecha que existe actualmente entre la cabeza de la parrilla y los farolillos rojos y todas las escuderías se acaben pareciendo un poquito más, para lo bueno y lo malo, en la salud y la enfermedad...

Entiendo que llorase Toto Wolff en Emilia-Romagna, que lo hiciese Christian Horner en Gran Bretaña o que lo haga Mattia Binotto después de Hungría. Pero su guerra no va con nosotros, sino contra los 145 millones de dólares anuales que les saben a poco porque aún no han imaginado la cantidad de cosas que se pueden hacer con ellos. Hay que darles tiempo, pobrecitos, pero lo de reírles la gracia como que no, porque esto es competición y, a veces, suceden accidentes o se arman tanganas o a un piloto se le va la pinza y la lía parda. Con eso también hay que contar a la hora de echar los números cuando no te respalda una generosa cuenta corriente.

Os leo.

4 comentarios:

Chubascos dijo...

Oye,, recuperate. Sal de la UVi. Y no dejes de escribir nunca.

No digo nada más.

Saludos, Sabadell, Barcelona.

pocascanas dijo...

Pero... no había que darle mayor protagonismo a los pilotos?
Bueno, pilotos son todos, también Valtteri!!

Saludos desde el Coño Sur

Erathor dijo...

Qué raro que las quejas vengan de losbres grandes...

Anónimo dijo...

Sobre el fútbol: la FIFA paga una parte del tiempo de lesión de los jugadores cuando juegan con sus selecciones. Y algunos mermaos a sueldo de las divisiones en redes sociales de aficionados a los grandes clubes sí han pedido que el que lesione pague. A lo mejor no en pasta, pero sí que si Fulano lesiona a Mengano tres meses, se pase los mismos tres meses sin jugar. En fin...