martes, 17 de agosto de 2021

Y nos vino Dios a ver

Era media tarde cuando me he dicho: ¡mejor adelantas cositas que se nos echa Bommarito encima!

En fin, tenemos mostrando las orejas en el horizonte inmediato la cita en el óvalo de Gateway Motorsports Park y, mira tú por dónde, aún no he echado unas líneas sobre la carrera del sábado pasado en la segunda puesta en escena sobre el rutero de Indianapolis Motor Speedway, el Brickyard Grand Prix, pero como a estas alturas de la película ya conocéis de sobra lo que sucedió allí, casi que con vuestro permiso me tomo la licencia de cubrir el expediente ahorrándoos la crónica por aquello de evitar iteraciones y cacofonías.

Y es que sí, dentro de todo lo malo que supuso que Álex Palou abandonara a 18 vueltas del final, por rotura del motor que ya le costó seis puestos en parrilla hace 10 días en Nashville [Música, Marcus y caos], los astros se alinearon con él y le evitaron un destrozo del tamaño de agujero que hizo el iceberg en el casco del Titanic. 

El catalán mantiene su chance en cabeza de la clasificación general de la NTT IndyCar Series a falta de cuatro pruebas con la cita del próximo domingo, y debemos darnos con un canto en los dientes porque no se suele salir así de ilesto de un lance de estas características. Hubo circunstancias, claro, y me apetece resaltarlas.

La primera es que Chip Ganassi, el equipo de dos de los litigantes por el título: Palou y Dixon, no estuvo especialmente fina con las estrategias, lo que llevó al segundo a vérselas durante demasiado tiempo con el tráfico y que, al final, el bueno de Scott sólo consiguiera terminar décimo séptimo en una carrera en la que podía haber sacado una muy buena tajada de puntos de haber concluido en posiciones de cabeza. La segunda fue Will Power, que tras firmar una prueba muy consistente, con su vitoria mermaba las posibilidades en la general tanto de Dixon como de O'Ward —luego hablamos del regiomontino.

Por orden de importancia, la tercera clave fue Romain Grosjean. Nadie contaba con él —nadie en su sano juicio, claro—, pero el francés supo materializar una gran actuación que lo aupó hasta la segunda plaza final, lo que, de paso, le ha hecho acreedor de un asiento para disputar el Grand Prix of Gateway de este fin de semana, algo que dice mucho de la confianza que se ha ganado en Dale Coyne Racing, ya que esta temporada no disputaba óvalos, hasta ahora, claro.

El ex Fórmula 1, con la pole en el Indianapolis Grand Prix y esta segunda posición en el Brickyard Grand Prix, se convierte así en una interesante propuesta para el año que viene, pues casi se da por segura su continuidad en la Serie...

La cuarta clave fue Colton Herta, que no desperdició ocasión para imponerse a un Patricio O'Ward al que, de nuevo, le faltó equipo bajo mi humilde opinión. Poleman en esta ocasión, Pato no consiguió todo lo que se merecía en el rutero de Indianápolis y tuvo que conformarse con terminar en la quinta plaza detrás de Alexander Rossi, sencillamente porque, intuyo, a Arrow McLaren SP le está costando asimilar que puede optar a más. Su coche funciona, en O'Ward tienen un piloto sobresaliente que da a todos los palos, pero falta tono ganador en sus estrategias.

De esta manera, el abandono de Álex, aunque grave para sus opciones, puede ser enjugado a poco que le siga sonriendo la suerte en las pruebas que quedan.

Os leo.

1 comentario:

Erathor dijo...

Alex Palau... ¿No decían que Carlos Sainz era invisible a las cámaras?

Pues este chaval se lleva la palma con creces.