lunes, 20 de mayo de 2024

La cola del supermercado


Como en los noviazgos adolescentes, sólo el principio y el final del Gran Premio de la Emilia-Romagna fueron relevantes, el resto se compuso de relleno de paja de diferentes densidades, suponiendo, a la postre, un intermezzo prolongado e interminable, un soberano coñazo, vamos.

El símil de base anterior no es mío, pero Ímola tampoco es circuito para estos trasatlánticos. Quizá no sea tan estrecho, como argumentan los sabios que te sacan a la menor oportunidad el WEC, las motos o cualquier otra disciplina, pero nuestros monoplazas lo hacen extremadamente angosto porque la física es la física y para ir rápido con estos cacharros y su efecto suelo, todo se reduce a una única trazada —dos en el caso de Norris y su habilidad superando los límites de pista—, que, obviamente, una vez ocupada no deja espacio ni a la creatividad ni a episodios como los que podíamos disfrutar hace una década.

Los chiquillos no lo entienden, pero antes de esta basura, incluso en carreras que ahora llaman tostones desde su ignorancia, había más amor del bueno en cada recta y cada curva, que el que nos proporciona Liberty trayendo la Fórmula 1 a un lugar como el Autodromo Enzo e Dino Ferrari.

En los noviazgos maduros, incluso entre parejas consolidadas que han pasado por el altar o el juzgado, o han decidido no hacerlo, o juegan a Lady Halcón, cada segundo de convivencia y apoyo mutuo resulta importante. En las pruebas de antaño, también en Ímola, del primer al último instante componían una melodía exclusiva que ahora sencillamente no suena ni con Pirelli desplegando su gama más blanda, y la cosa se convierte, inevitablemente, en la cola de un supermercado a la hora de cierre. El cajero quiere dar por concluida su jornada, todo el mundo quiere llegar cuanto antes a la caja y acepta de mala gana el lugar que ocupa, pero lo respeta porque no hay alternativa...

Ganó Max, pero si Charles hubiera estado más listo en la salida habría ganado igualmente, o Lando, ya que lo hemos mencionado y concluyó segundo.

Os leo.

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