domingo, 5 de mayo de 2024

Qué leer


Grosso modo, nuestra actividad hace décadas que dejó de gozar de buena literatura, en el sentido que se da genéricamente a los términos «literatura» y «buena». 

Tampoco pasa nada porque en cierto modo resulta normal. Las características de nuestro deporte han animado a muchos malos periodistas a inmolarse aún más en el santuario de los libros, y luego están los influencer, que necesitan al menos una obra en papel en su curriculum, y los abundantes negros que hacen el trabajo para los pilotos que cuentan su vida en primera persona, pero sin aparecer en créditos. Un mundo totalmente aparte, y fascinante, que decía aquél.

Lo mencionaba en la última visita que hicimos a Edgardo [La Fórmula 1 de Perón, Fangio y después...], el ensayo es un género tan exigente de abordar que está prácticamente desterrado, y no, un trabajo de recopilación estadística o un anecdotario, no son buena literatura aunque resulten interesantes per se y se publiquen en formato libro, lo que nos pone en que no existen análisis que aborden nuestro pasado más inmediato y en que, en el mundillo editorial referente a la Fórmula 1, se abuse y sobreactúe con experiencias personales de personajes más o menos conocidos, ensalzamiento de figuras del paddock y biografías de pilotos, autorizadas o no autorizadas.

Comparas la autobiografía de Caracciola [Rudolf Caracciola] con la de Jenson Button, por ejemplo, y percibes perfectamente esto de lo que estamos hablando. Lees a Maurice Hamilton hablando de Tyrrel [Ken Tyrrell], o a Hansen y Kirbus retratando a Fangio, te enfrentas luego a Ed Gorman intentando sacar brillo a Nick Fry, y asimilas a las bravas que los abismos existen, ¡vaya si existen...!

En fin, a lo que vamos. Me preguntáis recurrentemente sobre qué leer y, la verdad, la relación entre el lector y la literatura es tan personal e íntima, que no me atrevo a recomendar nada salvo que la pregunta vaya previamente enfocada a determinados aspectos de la F1. Leo mucho, a Cata la tengo frita, el estudio parece un almacén de libros y las estanterías de mi habitación los rebosan. No todo es Fórmula 1, obviamente, pero sí, leo incluso mala literatura, como los dos últimos libros que me he metido entre pecho y espalda, que no reseñaré a pesar de aludir a nuestra disciplina, porque mi generosidad también tiene límites y no es cuestión de buscarme más enemigos.

Tenéis la etiqueta Libros en Nürbu [dentro enlace]. Honestamente pienso que, en general, la calidad de lo reseñado es bastante alta y ninguna de las referencias, ni siquiera las que han recibido algún varapalo entre líneas, baja del 6'5 como literatura, intencionalidad y alicientes, independientemente de su temática y enfoque. Podéis elegir cómodamente, eso sí, teniendo siempre presente que es el tipo de libro que me gusta a mí y, por tanto, no tiene por qué gustaros a vosotros.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Podemos decir que la vida en general ha dejado hace tiempo de ser buena, la literatura, el periodismo, todo en general va a peor cada día q pasa. Estaré depre o será q es así.