lunes, 27 de mayo de 2024

No te lastimes, Pato


Antes de Detroit a ver si hago una crónica de la Indy 500 como Dios manda. Lo intentaré, lo prometo, pero a estas horas sólo me sale escribir lo que suelo decirles a los que me tocan las avellanitas con las comparativas entre F1 e IndyCar, mayormente con su prueba reina, las 500 Millas de Indianápolis: puedes echarte una buena siesta durante lo que duran 400 millas, ducharte y prepararte la cena, para disfrutar como un enano de la fase definitoria, dos, tres, o cuatro giros al Indianapolis Motor Speedway que suponen un subidón de adrenalina porque dos, tres, o con suerte cuatro pilotos, se la juegan a los dados, al todo o nada, al muero o mato de los grandes poemas épicos griegos.

En esas últimas vueltas de ayer noche, Pato O'Ward lo tenía todo para consagrarse más allá de lo que le reconocemos los que le seguimos y apoyamos. Al de Arrow McLaren le faltó un puntito de velocidad y le sobró un Newgarden que venía como un tiro. ¿Quién puede reprochar nada al mexicano? Lo dio todo manteniendo su ventana de oportunidad, y cuando sintió el momento supo arriesgarse a perderlo soñando con que vería primero el banderazo final.

No pudo ser, Pato. A pesar de tus lágrimas nadie te recrimina nada. En demasiadas ocasiones, uno es no más que Stirling Moss, siempre tan cerca pero a la vez tan lejos, pero llegará tu oportunidad, y serás campeón de la Serie y beberás la leche destinada a los grandes. Date tiempo, lastímate lo justo después del tropiezo, pues los que hemos bebido las hieles contigo, seguiremos bebiendo a tu lado lo que la diosa Fortuna disponga. Y que sea bueno, añado.

Os leo.

1 comentario:

Maestrooo dijo...

Siempre se dice eso de que el segundo es el primero de los perdedores, pero a veces esa segunda posición será tan recordada como una victoria.

La carrera de Pato en Indianápolis fue probablemente mejor que la de Newgarden, ( esa salvada salvaje en la curva dos es ya historia de la Indy ).