Álex Palou se ha coronado como rey absoluto en el rutero del Indianapolis Motor Speedway, en lo que supone abrir el apetito ante unas prometedoras 500 Millas que celebraremos en el óvalo dentro de prácticamente nada.
El Grand Prix of Indianapolis arrancaba con el español obteniendo la pole por delante de Alexander Rossi, y se cerraba hace unas horas con nuestro piloto venciendo de manera incontestable, básicamente porque el diseño de carrera que hicieron Chip Ganassi Racing desde el muro y Álex desde el interior del habitáculo, apenas dejó lugar a dudas. Cabría decir aquello de «no adelantemos acontecimientos», pero hoy vamos a romper la rutina.
A partir de una salida y unas primeras vueltas en las que se dedicó a gestionar a sus rivales mientras protegía mecánica, consumos y gomas, Palou puso rumbo a la ajedrezada sin dejar migas para nadie y rubricó su gesta con un último relevo de escándalo.
Christian Lungaard, Marcus Ericsson, Alexander Rossim Scott Dixon y Will Power soportaron sobre sus hombros la primera mitad de la prueba, propuesta a 85 giros, pero un error de estimación de Penske arruinó las posibilidades de Power y abrió de par en par las del barcelonés, quien, a su retorno a pista en la vuelta 46, tomó la cabeza de la cita para no soltarla a pesar de los esfuerzos por arrebatársela que hicieron Lungaard, Power y Dixon. El ritmo impuesto desde ese instante dividió la parrilla en dos: por delante los cuatro monoplazas que luchaban por la victoria, con varios segundos de retraso, una jauría bastante desinflada e incapaz de mantener opciones salvo que mediara un milagro.
Sobre la vuelta 62 los galgos entraron a boxes para cumplir con su última detención, en apariencia un mero trámite que, sin embargo, permitió a Power superar a Lungaard en la segunda plaza pues la primera ya tenía propietario.
Con el reloj casi a punto de dar la hora y pareciendo que no quedaba mucho más por decir, Luca Ghiotto trompeaba y provocaba el único y tardío Caution de la jornada. En el reinicio, Palou y Power se dispusieron a jugársela con el cuchillo entre los dientes, pero el actual campeón de la Serie no estaba para bromas y se despegó rápidamente del australiano.
El orden de llegada supuso un bonito recordatorio de lo que había sido la carrera: Álex Palou en primer lugar, Will Power ocupando el segundo puesto, Christian Lungaard el tercero y Scott Dixon terminando en el cuarto, y cerrando el Top 5, un meritorio Marcus Armstrong.
Colton Herta no pudo pasar de la séptima posición, inmediatamente detrás de McLaughlin, y cedía el liderato del campeonato IndyCar al de Sant Antoni de Vilamajor.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario