sábado, 19 de enero de 2019

Volverán a picar


Anteayer concluía la edición del Dakar peruano de este año con victoria de etapa de Carlos Sáinz y Lucas Cruz, y con Nasser Al-Attiyah y su navegador Matthieu Baumel como vencedores absolutos, seguidos por Nani Roma y Álex Haro en la segunda posición.

Toyota por fin se ha sacado la espinita que tenía en esta aventura que echó a andar en enero de 1979, imponiéndose en un Raid corto por razones de fuerza mayor (tan sólo 10 etapas debido a la no participación de Chile, Argentina y Bolivia), que ha concitado abundantes quejas después de que Daniel Elena, copiloto de Sébastien Loeb, abriera la caja de Pandora de las numerosas y peligrosas imprecisiones del roadbook oficial.

A estas alturas de la película seguramente os la sabréis mejor vosotros que yo, así que nos vamos a ahorrar unas cuantas líneas y en vez de desgranar los hechos y acacecidos de todos nuestros compatriotas participantes, me voy a limitar a reflexionar sobre la sensación de extrema dureza que ha supuesto el rodar por las dunas peruanas con una información a todas luces insuficiente, envueltos en una atmósfera plagada de circunstancias anómales que han delatado que quizás a la organización, el Dakar 2019 le ha venido un poco grande.

Conforme transcurran los días, doy por seguro que los sinsabores irán amainando para dejar paso a un sosegado replanteamiento de posiciones, y que incluso los que insisten en que no pecarán otra vez terminarán por aceptar lo inevitable: el atractivo de este tipo de pruebas es precisamente su extrema dificultad, y como les pasa a los alpinistas, querrán enfrentarse a ella de nuevo porque la montaña está ahí y llama y porque superar el reto de vencerla es una tentación demasiado poderosa.

Son deportistas, tremendamente especiales. Se crecen en la adversidad, y puesto que el Dakar va a seguir estando ahí y llamando, como las crestas del Himalaya, estoy convencido de que volverán a picar en cuanto tengan la más mínima oportunidad. Lo llevan en su ADN.

Buenos días a todos. Os leo.

2 comentarios:

Josemi dijo...

Hombre, ya he comentado alguna vez que con el Dakar he pasado del amor a la indiferencia tirando al odio. No me interesa nada y procuro no enterarme de nada de lo que pasa.

Pero aun así, por lo que inevitablemente me llega me da la sensación de que la formula esta totalmente agotada. No se si se puede llamar a esto un raid, lejos quedan estas ediciones continentales de Paris-El Cabo o Paris-El Cairo. Desde luego ha sido duro, pero me da la impresión de que todo aunque todo el mundo intente vestir el muñeco y mirar para otro lado, claramente hay una decadencia.

Bueno, aunque no todo el mundo. No hay que olvidar que el Dakar es una carrera en su mayor parte de amateurs, que pagan una pasta a la organizacion. Por lo que he visto, hay algun "cliente" ha comentado lo que yo ya sabia: en el Dakar hay mucha trampa, y con unos la organizacion mira para otro lado y con otros no. La situacion es parecida a la F1, hay gente "como de la casa", casualmente del pais organizador o de los que ponen pastuqui (a los rusos del camion tambien les consienten todo).

Y parece que la cosa en general esta pasando de moda. A pesar de que se inscriben bastantes pilotos locales en categorias economicas, el numero de clientes mmm digo partipantes, poco a poco ha ido cayendo. Tambien ha caido el interes de las marcas (no se si es bueno o malo) y ya digo, la cosa esta degenerando sin duda.

Cao Wen Toh dijo...

Josemi; indudablemente tu falta de interés te lleva a la desinformación, y tus apreciaciones son completamente contrarias a las mías. Yo considero que esta edición ha sido una de las más divertidas y apasionantes de su historia, con una incertidumbre total sobre el resultado hasta el último día. Y como sigue siendo la más difícil y dura carrera del mundo, la seguiremos con interés por muchos años, aunque te pese.