viernes, 1 de septiembre de 2017

Honda y la madre del cordero


Bueno, ahora que también hemos acertado en que por muchos números de especificación que barajase la prensa, Honda sigue trabajando en la versión estrenada a mediados de julio, lo mismo que advertía que no conviene que nos vengamos muy arriba con los posos del café, recalco ahora que no debemos caer en la trampa de perder la poca paciencia que nos queda.

A ver, el modus operandi de la japonesa desde que inició el camino de recuperación de su cagada monumental en pretemporada, ha consistido básicamente en asentar el terreno conquistado antes de meterse en jardines más exigentes, de aquí que yo os haya dado la tabarra con lo de los campamentos base, que Tadeo remarcase que bastaba con 50 caballos más «pero fiables», y en definitiva, que el otro día me pareciesen buenas noticias que los sustos surgieran en el área de la electrónica durante el Gran Premio de Bélgica, «concretamente en el apartado que gestiona el conjunto» dije [Informe de avances (Bélgica)].

¿Por qué es importante todo esto? Es sencillo: como intuíamos, la unidad de potencia nipona no ha estado trabajando al 100% todo este tiempo, lo que ayuda a entender mejor por qué Fernando se atrevió a soltar el sábado la gallada de que los MCL32 estaban para hacer P1 y P2 en clasificación después de haber puesto el pie a tabla en Pouhon, aunque los hechos acabarían dando la razón a Honda en eso de trabajar en un rango de entrega más tibio hasta no tenerlas todas consigo.

Este escenario también aclararía el rebrote del tema del divorcio entre la británica y la del sol naciente y por qué esta semana la prensa le ha dado al Nano hasta en el cielo del paladar, pero con vuestro permiso esto lo dejamos para otro día.

En fin, al lío, que decía aquél...

Monza es tan exigente para los propulsores como Spa-Francorchamps así que seguramente podemos encontrarnos con algún que otro susto, básicamente porque siguiendo el hilo de acontecimientos más razonable, los japoneses darán una vuelta de tuerca que pondrá a prueba todo el conjunto. 

Aumentará la entrega de potencia pero sin llegar al máximo (imagino que eso se deja para Singapur), y el chasis, la aerodinámica, y Stoffel y Fernando, harán el resto. Si todo aguanta, la electrónica responde adecuadamente y los sensores no se ponen tontorrones, a lo mejor hay sorpresa, pero lo que decía antes: ni lancemos las campanas al vuelo ni nos dejemos atrapar por el ruido ambiental.

Os leo.

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