domingo, 24 de septiembre de 2017

Suena bien


Tardaremos todavía en reponernos de las distorsiones que trajo consigo el periodo 2010 a 2014. 

Se percibe que la herida sigue abierta en el poco valor que dan las manadas de recién nacidos a los subcampeonatos... ¡animalitos!, que diría Charly. Stirling Moss, el mejor segundo de todos los tiempos. Alain Prost, tan grande por sus cuatro coronas como por las cuatro veces que estuvo a punto de conseguirlo. Senna y aquello de que el segundo es el primero de los perdedores, mucho Youtube y luego la nada.

Sin irnos demasiado lejos, los santones de todo esto repiten todavía que Hamilton hizo subcampeón en 2007, enfatizando, que es gerundio. En 2008 ser segundo le valió a Massa ser mi Felipe y que toda Ferrari le recuerde con cariño; y en 2009, Vettel, quedando inmediatamente detrás de Button, como piloto casi es más reconocible por eso que por lo que consiguió después.

Más tarde vino la debacle. A partir de 2010 se impone la cultura del winner and loser. La humillación, el arraso a mi compañero y el arraso con todo. 

A partir de entonces sólo hay sitio para el Campeón del Mundo. Maranello olvida los tres subcampeonatos que consigue Alonso, y lo mismo que a Rosberg no le valen de nada los dos que obtuvo antes de coronarse como Rey de Reyes en 2016, nadie quiere recordar que Hamilton vuelve a ser subcampeón ese mismo año... Da como yu-yu. Como que quita brillo, no sé si me explico.

El caso es que ha surgido estos días el asunto de que Bottas puede intentar asaltar la segunda posición de Vettel antes de que termine todo en Abu Dhabi, y media parte de la peña, si no son tres cuartos, no entiende qué coño valor puede tener eso. Si Sebastian pierde definitivamente ante Lewis, no se ve por ningún lado la gracia que puede suponerle al de Nastola ser el primero de los perdedores y tal.

...

Hablamos mucho de Fórmula 1 y luchamos a brazo partido por ver quién sostiene el tarro de las esencias, pero matices como estos han tenido siempre valor hasta que fuimos tan imbéciles como para permitir que nos los fueran robando. Ayrton era un tipo demasiado especial como para no entrever en sus palabras ese puntito de soberbia que le obligaba a sustantivarse sobre el resto de los mortales, incluso ciscándose en una de las más nobles tradiciones de nuestro deporte: si no puedes pelear por el primer puesto te dejas la vida en ser segundo ya que alguien habrá, detrás, que deseará tu puesto con toda su alma porque ser tercero sí que supone una jodienda.

Sea como fuere, Vettel se encuentra actualmente en la encrucijada de enfrentarse a Hamilton con más problemas a la espalda de los que desearía, y si definitivamente no puede ser, tendrá que defender terreno contra un Valtteri Bottas que quizás cuente con la ayuda del de Tewin para lograr su propósito.

Esto también es Fórmula 1, damas, caballeros... y animalitos varios.

Por suerte para nosotros, en Nürbu hemos hablado desde hace tiempo de esta estrategia encaminada a convertir a Bottas en subcampeón del mundo con Mercedes AMG. Desde el verano, concretamente. Primero golpeando a Ferrari con cualquiera de sus dos pilotos, después separando a Kimi de su líder para que Sebastian se viera en la obligación de luchar solo, quién sabe si perdiendo una miaja de concentración... La jugada de Hungaroring cobra ahora otro sentido, ¿a que sí?

No me enrollo. Valtteri está a 23 puntos del de Heppenheim, distancia lo suficientemente pequeña como para que el alemán no las tenga todas consigo ni delante ni detrás. Valorad estas cosas como os venga en gana, hasta ahí podíamos llegar, pero haceros un favor: no neguéis que de cara a disfrutar como enanos de un bonito final de temporada suena bien, muy bien, demasiado bien, independientemente de los protagonistas.

Os leo.

3 comentarios:

enrique dijo...

Ya dije para entonces que Lewis había ganado un compañero para su causa. Os imagináis que Bottas hubiese hecho la salida de Kimi en Singapur teniendo Lewis la pole? Yo no!

Anónimo dijo...

para mi tanto los campeonatos como los subcampeonatos tienen (más) valor si son conseguidos sin un coche dominador. Esos que son luchados de verdad. Esos se quedan en la memoria, esos son disfrutados, esos nos emocionan, nos hacen saltar del sillón, nos hacen reir o llorar (depende de la carrera), esos nos hacen sentir de verdad. Por eso algunos campeones lo son de verdad, lo son desde el corazón. Y por eso algunos subcampeones son verdaderos campeones

marta

enrique dijo...

Amen a eso Marta!!!