sábado, 23 de septiembre de 2017

Faenza, mon amour


Tal vez la pregunta que habría que hacerse ante la pareja Toro Rosso-Honda 2018 es si Red Bull, como empresa, ¿está dispuesta a apostar más por su nueva socia japonesa que lo apostado por Renault?

Es tan sencilla que da cosica formularla. Eso sí, yo tengo claro que no va a ser así, vamos, que la respuesta es no, aunque esto que digo no deja de ser una simple opinión. Red Bull no ha movido un dedo por Viry Châtillon y dudo mucho que mueva alguno por Sakura.

Los tiempos se agotan. El actual marco reglamentario concluye en 2020, lo que nos pone en que con viento de popa y a todo trapo, Milton Keynes podría rentabilizar tan sólo en 2019 y 2020, el aumento de recursos que requiere Faenza para apoyar adecuadamente a Honda, puesto que Liberty tiene claro que en 2021 las cosas deben haber cambiado radicalmente para atraer a nuevos fabricantes.

Dicho esto, considero que siquiera por un poquito de salud mental, convendría alejarse de las películas sobre buenos y malos que nos están pasando actualmente.

En el tema de Honda-McLaren, por ejemplo, se está olvidando intencionadamente que fue Woking la que impuso que la nipona sólo trabajase con un equipo [Si trabajar con otros no es bueno para McLaren, en Honda no lo queremos], y en el de Renault-Red Bull, que la de Horner se ha mostrado desde 2014 ferozmente crítica con su socia gala [Red Bull se ceba con Renault].

Desgraciadamente la historia es tal cual es y donde otros ven manos amigas que no han sido correspondidas, o expectativas desatendidas, yo veo cuatro intereses convergentes que como los santos, han aguantado (y aguantan) sus respectivas velas.

Es por ello que os decía el otro día que «la aventura McLaren-Renault funcionará, o no, dependiendo exclusivamente de lo que hagan Woking y Viry Châtillon. La protagonista de este hilo de entradas [Honda] no tendrá nada que ver en ello» [Informe de avances (Singapur)], y hoy pretendo recalcar que si Toro Rosso-Honda funciona durante 2018, o no, se deberá exclusivamente a los méritos de cada uno de los implicados.

Y aquí viene donde la matan, porque el año pasado Toro Rosso montó una unidad de potencia Ferrari de la temporada anterior (2015) que no recibió actualizaciones a partir de agosto, sin que ello acarrease un aumento de presupuesto con la intención de compensar el evidente desequilibrio competitivo.

Como mencionaba al inicio, dudo mucho que Red Bull mueva un dedo en favor del nuevo proyecto. Más bien intuyo que la austriaca se sentará a esperar acontecimientos mientras valora qué hace con su vida de 2019 en adelante y a qué cachivache llamará Aston Martin si los asuntos en Faenza no salen medianamente convincentes.

Así las cosas, mal que queramos tenemos para 2018 una Toro Rosso muy mermada gracias a la salida de Carlos Sáinz con dirección a Renault Oficial Team. Kvyat, y supuestamente Gasly, invertirán más horas probando en pista que compitiendo, y con el marco aprobado esta misma semana —ayer, creo—, de tres motores para toda la campaña, más limitaciones y las correspondientes penalizaciones por sustitución de elementos, ambos tendrán que armarse de infinita paciencia porque van a chupar fondo de parrilla a tutiplén...

Salvo que Honda eche el resto, claro está. Pero en este hipotético caso el mérito será de la japonesa, no de la casa matriz Red Bull. ¿Nos vamos entendiendo?

Os leo.

2 comentarios:

Fleichié dijo...

Se que mi teoría es complicada de creer . Pero RedBull no esta a la expectativa de la posible evolución de la U.P. de Honda . Porque cuando Ron les negó la posibilidad , Horner estaba convencido de asociarse con los japoneses . Y era a finales del 2015 . Y el motor Honda era peor que el actual .
¿Porqué iban a estar convencidos en 2015 y dudar ahora? . De hecho el soltar la cuerda de Renault sólo puede significar que tienen agarrada otra......
Saludos

Anónimo dijo...

No los unirá el amor, sino el espanto.

Son tres años de exposición mediática por delante para uno, Toyota partiéndose la caja con ellos... y dos para el otro (Renault les quita el juguete a finales de 2018).

Los japos llegarán, Liberty y la convergencia deberían hacer el resto.