lunes, 24 de noviembre de 2014

Que ya tenemos una edad...


Soy mala persona. Me importa un pimiento que el whatsapp delate que he leído los mensajes que no contesto o coger el móvil cuando llama alguien conocido, por ejemplo. Bien es verdad que la cobertura en Gorliz me facilita estas y otras cosas pero en general, soy de ese tipo de individuos a los que no les gusta que les metan prisa.

De esta confesión tontorrona se podría colegir que soy un malvado alonsista ya que últimamente, el coño adjetivo empieza a ser sinónimo de perfidia y se aplica al autor de cualquier frase sacada de contexto. Pero nada más lejos, lo juro. Aunque ahí lo dejo, por si hace falta. 

Dicho lo cual, de los ocho campeonatos que he cubierto en este blog he dado muestras de suficiente salud mental como para valorar cada uno de ellos con bastante equidistancia. En 2007 vitoreé a Kimi; en 2008, maldije a BMW por quitarle su oportunidad a Robert y lloré con Felipe en Interlagos; en 2009 me cisqué en Ross por maltratar a Rubinho pero bien es verdad que me felicité por Jenson e incluso por el subcampeonato que se curró Sebastian; en 2010... bueno, Red Bull comenzó a caerme como una patada en el culo desde aquello que tuvo Vettel con Webber en Turquía, y lo malo para los dos es que pasó Petrov por Abu Dhabi y siendo honesto, la pesadilla ha durado cuatro insoportables años...

Pudo ser diferente, sin duda, pero como diría un amigo al que le gusta dar sermones: la realidad es eso que se impone a nuestros deseos, y mal que me pese decirlo y les pese a mis detractores escucharlo, a Sebastian no le comencé a silbar yo a partir de Bélgica 2013, sino que fueron otros y diferentes a mí quienes lo hicieron.

Pero hoy es el día de Lewis y de él quiero hablar porque ayer en Yas Marina, el británico se coronaba bicampeón del mundo tras vencer en un campeonato que tampoco ha sido como para echar cohetes, como he dejado escrito esta mañana, pero que ha tenido nombre y apellidos. Y a pesar de que mientras veía la carrera en compañía de Arantza, Joseba y la pitufilla de ambos, parecía que todo estaba cantado y algo más que cantado desde sus primeros compases, lo cierto es que las últimas vueltas del de Stevenage al circuito del emirato fueron agónicas, plenas de una tensión indescriptible, no tanto porque estaba claro a esas alturas que no nos iba a regalar una de las suyas, sino porque visto lo que le sucedía a Nico y lo lanzado que venía mi Felipe, más de uno cruzó los dedos para que al W05 número 44 no le ocurriera nada...

Fui de estos últimos, a pesar de ser alonsista.

Hace años firmé las paces con Hamilton porque la realidad es eso que se impone a nuestros deseos. Me pareció patético aquel punto logrado en Interlagos 2008 pero ayer, al verle hurtando la cara a la cámara, comprendí que el viaje había merecido la pena porque en situaciones así solo lloran los hombres y Lewis ha crecido lo suficiente, como para derramar lágrimas a la manera que haría un auténtico campeón del mundo que se merece lo logrado.

Y es que ya tenemos una edad... No sé si me entendéis. Os leo.

3 comentarios:

Chema dijo...

Creo que ha sido aparte título, la mejor temporada de Hamilton de lejos.

Enhorabuena al campeón!!!!

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes ;)

Chema ;) Disfruté con él más y mejor en 2012, su última con McLata, pero en cuanto a resultados, esta ha sido sin duda la mejor del británico ;)

Un a brazote

Jose

J-CAR dijo...

Claro que te entiendo. Para mi también esas lágrimas fueron lo más auténtico de este GP. ;)

De las declaraciones de Lauda me quedo con su enigmático "y espero que nadie más interferirá" refiriéndose a la batalla entre Lewis y Nico. Esto requiere más estudio.

A ese que te dice que "la realidad es eso que se impone a nuestros deseos" me le envías, que voy a tener una larga charla con él. Mientras tanto le vas preguntando que entiende por realidad, que entiende por deseo, y si puede acreditar que todas las cosas importantes que han pasado en su vida no tienen nada que ver con los deseos de nadie. Verás como detrás de una frase tan clara reina la confusión más espantosa.
Esas frases que van rebotando de cabeza a cabeza y de ordenador a ordenador contienen muchas paradojas peligrosas, y esta podría formar perfectamente parte del armamento dialéctico de cualquier acosador. En su debido contexto puede tratar de dejarte inerme ante los deseos de otros: "debes renunciar a tus deseos para no enfrentarte con la realidad," "si los deseos de otros no son reales no puedes hablar de lo que pretenden conseguir por que solo son delirios tuyos." Y así hasta dejarte de esta guisa:
http://www.hermes-press.com/Lm5a.jpg

http://www.acosomoral.org/pdf/LaComunicacionParadojica.PDF
Leedlo, es una buena vacuna contra acosadores.

¡Saludos!