martes, 25 de noviembre de 2014

Caterham #findefiesta


Confieso que me ha dado mucha tristeza todo lo que ha sucedido alrededor de la escudería de Leafield. 

Tampoco es que me haya sorprendido. La de Tony Fernandes comenzaba la sesión con graves problemas estructurales: penuria económica, Kamui pagando su asiento vía crowdfunding, Marcus haciendo lo propio vía talonario, el CT05 tocadísimo del ala por su pobre diseño, y como he repetido hasta la saciedad desde casi los entrenamientos de Jerez en pretemporada, con todos los huevos puestos en la cesta de unas prestaciones de la unidad de potencia Renault lo que a la postre, ha definido el infernal campo de batalla en que se ha desenvuelto el equipo malasio.

Estaba cantado, por tanto, que fallando el Energy F1 2014 de la motorista gala, las posibilidades de Caterham eran limitadísimas, no solo en su tradicional lucha con Marussia por dominar los últimos puestos de la parrilla —escenario que ha tenido a Sauber como inusual invitada—, sino también en esa otra batalla que se desarrolla fuera de los circuitos, que tiene a los patrocinadores como principal objetivo.

Sin dinero no se es nadie en El Circo, pero unas cuotas decentes de presencia en pantalla pueden ayudar a paliar el no participar en la pelea por los puestos medianeros o de cabeza, atrayendo a más de un sponsor que apostará parte del contenido de su cartera porque su logotipo o marca sea visto en tal o cual Gran Premio. Pero ni eso, a la verde no la ha salvado ninguna campana.

Y es que sin potencia ni fiabilidad, con un diseño de vehículo más propio de categorías inferiores y con unos neumáticos Pirelli enfocados al rendimiento aerodinámico, Caterham se las ha visto y deseado para resolver cada carrera tirando de una arriesgada creatividad que la mayoría de ocasiones, ha originado que los CT05 apenas rodaran unos centenares de metros.

Sin resultados y en toda lógica, la situación derivó en la salida del equipo de Tony Fernandes, en que en verano entraran Colin Kolles y un fondo inversor que tenía mucha prisa por rentabilizar lo aportado y en que para el retorno de vacaciones, los asientos se pusieran en venta al mejor postor. 

Lotterer, Merhi y Stevens en el pasado Gran Premio de Abu Dhabi, han formado parte junto a Kobayashi y Ericsson, del decorado del entierro. El crowdfunding para formar parte de la última prueba del calendario, así como la sonora ausencia en Austin e Interlagos, también han sido bonitos exponentes de la prolongada agonía de una escudería que como decía al comienzo, me ha producido mucha tristeza en la que parece ha sido su última participación en la Fórmula 1, y es que ni siquiera HRT murió así, no sé si me entendéis.

Os leo.

1 comentario:

Josemi dijo...

Al final, a Merhi le tangaron, no? Es decir, puso un patrocinador y no corrio, no?