sábado, 26 de abril de 2025

¡Mamá, ya soy mayor!


Por fortuna ésta la vimos venir...

Escribía el pasado 1 de diciembre: «Me gustaría equivocarme, pero me temo que en 2025 disfrutaremos de un californiano más cercano a los intereses de Liberty Media, más tolerante con su archienemiga Red Bull y más próximo a Brackley» [Los alicientes], y comenzaba la frase con el medido «me gustaría equivocarme» porque siempre existe un poso de tristeza en pillarle el quid a los trucos del mago.

Sea como fuere, este comienzo de temporada tiene muy poquito que ver, en cuanto a quejas y desacuerdos altisonantes, con el abundante material que nos venía proporcionando el bueno de Zak desde 2022, cuando aprovechó para alzar la voz el runrún de que Milton Keynes se había podido saltar el límite presupuestario durante la campaña anterior. 

Sobre eso hubo sanción aquel mismo otoño, pero en 2023 surgió lo de la situación insalubre denunciada por McLaren a cuenta de la peculiar relación existente entre Red Bull y Alpha Tauri, y en 2024 nos desayunamos con el turbio asunto que rodeó a Christian Horner, del que Brown hizo también caballo de batalla, y bueno, tras más desacuerdos e insinuaciones (DRS, frenada asimétrica, juego sucio, etcétera), finalmente llegó el título de Constructores para la de Woking, y aunque la británica y la austriaca continúan tirándose piedras como dos viejas que no se aguantan y no tienen mejor cosa que hacer, el ruido no alcanza ni una décima parte que antes.

Sin duda habrá más cruce de sables entre ambas ententes, aunque ahora, McLaren tiene una responsabilidad y está abocada a hacer cosas de adultos, faltaría más. Quejarse menos de las chinas en el zapato es una de ellas. 

Ser Campeona del Mundo es lo que tiene. Ingresas en el Club de los Grandes y te vuelves serio de la noche a la mañana sencillamente porque barajas otro tipo de prioridades empresariales, abandonar la Formula E para preparar el asalto al WEC, por ejemplo, y, objetivamente hablando, mejor dejar de ser un latoso en el nuevo cometido que seguir dando por el flete a troche y moche. Con el cambio de partitura gana la Fórmula 1, sigue ganando la imagen de McLaren y, desde luego, ha ganado también nuestro protagonista.

Os leo.

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