Antes de nada me vais a disculpar que el 1/43 que acerco hoy a Nürbu no esté todo lo limpio que habría deseado. Estamos en primavera, había abundantes partículas de polvo en el ambiente y, por la razón que sea, que la imagino, han decidido adherirse al modelo y su peana sin que haya habido forma material de evitarlo y sacar una fotografía decente, lo que evidencia una de las grandes lecciones que no debe olvidar nunca el aficionado a estos bichillos: en la medida de lo posible, mejor mantenerlos en vitrina.
En fin, vamos con nuestro protagonista, nada más y nada menos que el Jaguar XJR-15, producido por JaguarSport entre 1990 y 1992, que hoy veremos en la versión que realizó en resina el fabricante Spark.
A partir de la victoria del Jaguar XJR-9 LM en las 24 Horas de Le Mans de 1988, en la central de Coventry se suscitó la idea de crear un superdeportivo, rápido de producir, que ayudara a reposicionar la imagen del fabricante británico, mitigando así el gigantesco retraso que acumulaba el XJ220 y tratando de paliar su inagotable escalada de costes —el gato más veloz de Jaguar comenzó a ser diseñado en 1985 pero no vio la luz hasta 1992.
Tom Walkinshaw, socio en Jaguar Cars, dueño de TWR y jefazo de JaguarSport —consorcio filial de Jaguar y TWR, que se ocupaba de preparar las versiones racing—, entrevió inmediatamente las posibilidades de alcanzar el objetivo trabajando a partir de coche vencedor de Le Mans, de hecho, se denominó R-9R en su etapa inicial como proyecto.
Dicho y hecho. A partir del chasis del XJR-9 y con idéntica distribución de partes mecánicas, así como la aplicación de muchas de sus soluciones, el XJR-15 contaba con un propulsor atmosférico situado de forma central, de 12 cilindros y casi 6 litros de capacidad (V12 a 60º, con 5.993 cc), que arrojaba la friolera de 465 caballos de potencia a 6.250 revoluciones.
Frente a los 750 cv del XJR-9 LM y su motor de casi 7 litros, la pérdida aseguraba un buen manejo en carretera que mantenía al trastillo inglés en el rango de prestaciones de los Porsche, Ferrari y Lamborghini del periodo, aunque gozaba del aliciente extra de ser el heredero del prototipo que cruzó la meta primero en La Sarthe en la edición de las 24 Horas de 1988.
Walkinshaw sabía que estaban jugando con fuego. Terminando la década de los ochenta del siglo pasado las expectativas eran altísimas y cualquier error se pagaría muy caro, amén de lesionar el futuro del lanzamiento del XJ220, de manera que se inclinó por diferenciar al XJR-15 de los F40 o Countach LP400S, etcétera, buscando definir un buen equilibrio de pesos y una carrocería ligera enteramente realizada en fibra de carbono, lo que facilitaba mantener el centro de gravedad a muy poca altura del suelo —fue la primera vez que se utilizaba extensivamente en deportivos—, y lo hizo con la ayuda de Peter Stevens, quien más tarde trabajaría con Gordon Murray en el McLaren F1 [Firmado por Murray].
El resultado de aquella aventura salta a la vista y es sencillamente precioso...
Unicamente se produjeron 53 unidades entre 1990 y 1992, y como anécdota final, os comento que JaguarSport llegó a un acuerdo con Bernie Ecclestone para que los XJR-15 disputaran un espectáculo telonero de la Fórmula 1 en 1991, al estilo de la serie Procar de finales de los setenta [Procar], que se denominó JaguarSport Intercontinental Challenge y tuvo cita en Mónaco, Silverstone y Spa-Francorchamps.
Os leo.
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