jueves, 16 de febrero de 2017

A mí que me registren


Paul Hembery es una de esas personas que me produce un profundo rechazo en cuanto abre la boca. Creo que no le he escuchado nunca «hemos metido la pata» o «no hemos sido capaces de lograrlo» sin esquivar las responsabilidades o buscar inmediatamente algo o alguien cerca con quien compartirlas. Cuando habla, siempre da la sensación de que a Pirelli le apuntaron con una automática en la cabeza para que aceptara convertirse en proveedor único de neumáticos de la Fórmula 1, allá como en 2010.

Imagino que cuando la milanesa firmó el contrato que la ataba a la máxima disciplina, sabía más o menos qué se esperaba de ella, cón qué baraja iba a jugar, y lo más importante bajo mi humilde punto de vista: que se iba a escudriñar su trabajo con lupa.

Bien, Pirelli no ha hecho otra cosa desde 2011 que brindar reiteradamente al sol antes de cada temporada para, en cuanto se le torcían ligeramente las cosas, cargarle el mochuelo a la FIA o a los equipos, a ambos, o a las inclemencias atmosféricas o lo que fuese que pasaba por allí.

Como de costumbre, después de mostrarse contento y animado durante 2016 con las expectativas para 2017, Hembery, desde diciembre pasado, viene dando muestras de querer ponerse la tirita antes de la herida y es aquí donde confieso que lo llevo peor, ya que no imagino a ningún responsable de Shell, o de cualquier otro fabricante de aceite y combustible, explicando su papel en la F1 en base a que hace lo que le piden...

Imaginad por un momento a Brembo, a Magneti Marelli o a quien sea, lavándose las manos con excusa tan pobre...

«Hemos hecho lo que los equipos nos han pedido». Sí, de acuerdo, pero ¿en qué términos tasa la excelencia Pirelli? ¿En hacer sólo lo que le piden? ¿En no investigar por su cuenta y arriesgarse a ir un poco más lejos? ¿En no tratar de sorprender, para bien, se entiende, a la FIA, los equipos y los aficionados? ¿El espectáculo importa a la italiana o no le importa más allá de cumplir con lo que le solicitan...?

No voy a preguntar por qué está Pirelli en Fórmula 1 pues me sé la respuesta, pero la visibilidad de la marca en un mundo tan exigente como nuestro deporte tiene una contrapartida a la que nunca ha correspondido Pirelli, más dada a cobijar bajo la sombra del reglamento y los imperativos del paddock, su incapacidad para imponerse a la hora de encontrar los kilómetros que le hacen falta para el desarrollo óptimo de un material, que, tal y como está actualmente la máxima disciplina del motorsport, casi se podría decir que es tan importante como la aerodinámica y las unidades de potencia.

Y aquí estamos, ante una normativa que está poniendo a prueba los cerebros y creatividad de los ingenieros, que nos mostrará en unos días lo que son capaces las escuderías y pilotos, pero que atendiendo a las ruedas, sigue sin salir del «a mí que me registren.»

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Paul Hembery, el mismo que en Corea 2013 ante las críticas de Alonso por la calidad de los compuestos, le aconsejó preguntar a Vettel cómo obtener lo mejor de ellos... Valiente gilipollas.