jueves, 16 de febrero de 2017

Adopta un serio


Sebastian Vettel ha venido a pedirnos que nos dejemos de especulaciones puesto que nadie conoce el verdadero potencial de los nuevos vehículos. Podía haber dicho: «¡Id a mamarla por ahí!», que vendría a ser lo mismo, pero a ver quién es el valiente que nos quita nuestro caramelo preferido...

El caso es que entre modelos 3D soberbiamente realizados, bulos bienintencionados, filtraciones perversas y tonterías que se ponen como una bola de nieve a poco que rulen por ahí, parecemos París bajo amenaza de contaminación severa: los días pares circulan las noticias positivas, los impares, las negativas, y así nos entretenemos mientras llegan los refuerzos, que llegarán, seguro.

La necesidad de alimentar la bicha, por sí misma, no me parece mal, lo que sí me parece penoso es encontrar en este camino de rosas artificiales cuya máxima aspiración es seguir siendo rosas artificiales, a los mismos doctores de la seriedad y el rigor que, desde tiempos inmemoriales, no han desaprovechado la mínima ocasión para devolvernos al suelo como si fuese malo dejar volar la imaginación o mostrar en público, que, como aficionados, estamos hechos de finas y revoltosas hebras de sueños.

Da la sensación de que cuando los vehículos 2017 comiencen a rodar en Montmeló y veamos por fin dónde está cada uno, los obispos de la cosa deberían dejar de dar la murga pues estará empíricamente probado lo que dará de sí la temporada. Pero desgraciadamente no va a ser así porque también a ellos se les levantan los pies del piso y alguna que otra mariposa aletea en sus estómagos.

Tener la razón absoluta parece ser el mayor anhelo inconfesable que atesoran los doctos. Tenerla siempre, a todas horas, ser recordado por haberlo dicho antes que nadie, parece ser su tesorito de Gollum. Para distinguirse del resto de los mortales hacen que caminan sobre las aguas, visten la estola de la cautela y sus cabeza las ciñe la mitra de la seriedad. Van a disfrutar lo mismo que los demás, no os lo perdáis, pero lo harán cuando no les vea nadie y no haya cerca quien los acuse de optimistas. Por eso renuncian a la alegría: no más que por el miedo al qué dirán.

Pena que este año hayan elegido mal. 2017 nos propone un escenario tan nuevo que prácticamente puede suceder de todo. Las unidades de potencia pueden sufrir lo mismo de falta de caballos que de fragilidad porque han dado un pasito más allá. La aerodinámica está definida por reglamento, pero serán los alfareros de las escuderías quienes definirán si será definitivamente vaso, vasija o ánfora. El nuevo volumen que presentan los neumáticos nos va a mostrar lo que da de sí eso que llamamos chasis. Quien acierte primero será copiado por los demás. Quien descubra un camino verá cómo se lo expolian en un abrir y cerrar de ojos...

Me da mucha pena esta gente que va apagando fuegos antes de que se produzcan mientras nos recomiendan que no sonriamos. Si por desgracia encontráis uno cerca, no olvidéis que la alegría es la salsa de la vida, y por supuesto, no dudéis en adoptarlo como quien rescata un peluche de la basura y se lo lleva a casa.

Os leo.

1 comentario:

pocascanas dijo...

A veces te superas a ti mismo, qué disfrute leerte.

Saludos desde el americanísimo Coño Sur ;)