jueves, 30 de octubre de 2014

Historias de cronopios y famas


«Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.»

FCA, fuck para los amigos, ha segregado Ferrari y yo recalo en Julio Cortázar y en su relojito armado para estallar como mina en océano al paso de un transporte de tropas.

Y pienso también en un posible mañana en que Audi, sin ir demasiado lejos, podría ser la dueña del cavallino de Baracca y sus eternos años de historia y gestas sobre los circuitos, mientras orina sobre la tumba de Enzo cantando odas a la economía global... 

«Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.»

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La muerte de la leyenda, de la fantasía, de los buenos tiempos pasados en favor del simple y descorazonador business. La Fórmula 1, como la vida, se desangra a pasos agigantados.


King Crimson



Josemi dijo...

Si, tengo la impresion que acaban con la independencia de Ferrari haciendola independiente. Ahora la lanzan al mundo de las operaciones corporativas, las fusiones por intercambio de acciones y si me apuras a los mercados de futuros y derivados.

Fuck y los accionistas relacionados se va a sacar una pasta, desde luego, pero en una epoca en que firmas como el grupo PSA son unos enanos, el pez pequeño puede nadar muy poco solo.

No creo que lo compre VAG (o si), ya tiene muchas. Supongo que acabaremos viendo a Ferrari de forma parecida a Bentley o Lambo, siendo "la piel" de las mecanicas mas evolucionadas de un fabricante monstruo mundial, y ahi cada cual que coja el que mas rabia le dé. (viendo como se copian unos a otros, el grupo Mercedes-Nissan-Renault?)

Por cierto, pregunta, ¿alguien sabe que pasara con Maserati?