Autodescarte

Entre la sanción a Russell y el triste desempeño de Hamilton en el COTA, el horizonte de Mercedes AMG parece más negro que los cataplines de un grillo, y no tanto por la desigual actuación de los pilotos en Austin, sino porque el W15 sigue sin responder como se esperaba. A una vuelta ni tan mal, pero en carrera se hunde o no remata para lo que debería ser un Brackley patanegra.

Sea como fuere, en el repaso a las escuderías que hicimos el mes pasado [#CFL 24/1] ya insinuaba que la la de Wolff iba a pagar muy caro en estos últimos compases de la sesión el paso de Lewis a Ferrari [Una de serie B (Mercedes AMG)]. No me sorprende, vamos, ni que la delicada aerodinámica del monoplaza sufra más de lo debido en el Hermanos Rodríguez a cuenta de la menor densidad del aire a dos mil y pico metros por encima del nivel del mar, y, el de México City, sea otro Gran Premio para tirar a la basura.

Sí me sorprende el empeño que muestra Toto en que creamos que lo están intentando cuando es evidente que han tirado la toalla y se conforman con el cuarto puesto al finalizar Abu Dhabi...

En fin, como llevo desde el verano apuntando a que la excelencia mostrada por Woking debía mucho a la extraña flojera de las tres grandes: «Otra cosa es que, ante lo que nos queda de temporada, si Red Bull responde como esbocé ayer [Ave Fénix (Red Bull)], ello puede llevar a que Ferrari y Mercedes respondan también, y si en el caso de la anglo-alemana el peligro de esta posible reacción es mínimo, por no decir inexistente, en el de la italiana podría suponer un baño de agua fría en el último tramo de esta campaña para las aspiraciones de Zak Brown y su gente» [Pues ya estaría (McLaren)], me apetecía ir certificando que Mercedes AMG se ha autodescartado en esta previsible lucha.

Milton Keynes sí parece haber aceptado el envite y, desde luego, Maranello da la sensación de haber puesto toda la carne en el asador ante el asalto final, pero Brackley está comodorra de la muerte en su papel de víctima de los acontecimientos y persistirá en hacernos ver que ¡jolines, no se puede! [El perro del hortelano].

Os leo.