Lo escribí en su día y tampoco me voy a poner a recordarlo como si formase parte de mi curriculum, pero desde el retorno de Fernando a la Fórmula 1 todo lo que hace en pista me sabe a regalo de Reyes.
La llegada de Adrian Newey ha revitalizado las esperanzas en Aston Martin, los vendedores de humo han comenzado a tomar posiciones, tibiamente, no sea que se encuentren con una mano delante y otra detrás en cuanto surja cualquier inconveniente; pero a mí no me va la vida en esto y, como los críos, sigo abierto a que el Nano continúe disputando carreras y alegrándome las tardes de Clasificación o Gran Premio. Pido poco, lo sé, pero también sé que con algo de suerte recibiré a cambio una treinta y dos más una, y apurando, un tercer entorchado. Él cree que es posible, y yo con él, a pie juntillas, así el destino nos depare festines menos sabrosos mientras vemos qué pasa más allá del horizonte.
Os leo.
1 comentario:
y llegaran días mas dulces ... de eso estoy seguro, y que corra hasta cuando el quiera, que cada fin de semana es una delicia verlo correr..
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