Austral 3

Venga, vamos a ir apurando porque, si no, no nos va a dar tiempo a hablar del doblete de Ferrari en Austin, ni de que Horner ha aplastado a Stella en cuestiones estratégicas, ni del pésimo estado de forma de Mercedes AMG, ni de la bisoñez de Norris, ni mucho menos de la errática manera de sancionar de la que hace gala la FIA.

El Gran Premio de Estados Unidos ha dejado más cosillas, obvio, ¿no?, pero hay que hablar del pibe sí o sí, porque el cabroncete sigue estando muy por encima de su vehículo, y, por ende, de su experimentado compañero, lo que nos pone en que habría que ir buscándole un sitio decente para 2025 por mucho que la parrilla para la próxima temporada esté prácticamente cerrada. 

Que Franco es bueno ya lo habíamos comprobado; que es excelente acabamos de descubrirlo, y no me vengáis con milongas. Hay tanta gente que prometía en fórmulas menores que se ha estrellado en la máxima categoría que hay que hacer un aparte con el argentino, porque, precisamente, se ha adaptado como un guante de gamuza a los rigores de la disciplina, como nadie. El FW46 no está para este tipo de fiestas, aterricemos, por favor, es el conductor austral quien está rompiendo límites y llevándolo donde muy pocos con dos dedos de frente imaginaban.

Williams ha sumado 13 de sus 17 puntos a partir de la llegada de Colapinto. El de Pilar ha contribuido con 5, el resto, los otros 8, pienso que han podido deberse a que Albon empieza a notar el aliento en el cogote del enemigo que ejerce de inquilino al otro lado de su box. Bueno para la británica y el espectáculo, desde luego, pero mejor para nosotros, para qué vamos a engañarnos.

El chiquillo necesita espacio, aire, y un cacharro mejor bajo el culo del que conduce en estos momentos. No soy nadie para recomendar nada, pero, ¡coño!, teniendo al pibe qué coño hacen los grandes poniendo parches a sus alineaciones... Ahí lo dejo.

Os leo.