Lo malo de Ayrton es que nunca está cuando se le necesita. Siempre sirve de telón de fondo cuando hay que vestir bien un artículo, o una humilde contribución, como es el caso de estas líneas; actúa como coartada para excentricidades de tipos muy concretos, Vettel, Hamilton y pare usted de contar; y, como es de sobra conocido, supone el aval a futuro de aquellos pilotos noveles que realmente lo merecen...
Verstappen recordó a Senna sólo un cuarto de hora, luego se convirtió en una amenaza para el piloto que más se ha aprovechado de la aureola del paulista, incluso en lo de inspirador y caminar sobre las aguas, y se trastocó en el avatar de Prost, lo que no deja de ser un acercamiento a la figura del brasileño, aunque en plan malote de la película.
Durante 2021 tuvimos Senna y Prost a morteradas. El enfrentamiento entre Lewis y Max recordaba a aquellos irrepetibles años de finales de los ochenta, sobre todo al 89 y 90. Todo eran advertencias sobre cómo podían acabar las cosas si Prost, digo Verstappen, no se templaba un poco y aceptaba que el heptacampeón resultaba poco menos que invencible pues era la reencarnación de Senna. Ted Kravitz incluso dedicó unas palabras al hijo de Jos en las que le sermoneaba por comportarse como un novato con ínfulas.
Luego llegó Abu Dhabi 2021 y la cosa quedó como quedó, y el culpable fue Michael Masi, que ejerció de Balestre redivivo desde ese instante. ¡Qué tiempos!
El caso es que estamos viviendo una temporada marcada por la extrema rivalidad de Verstappen y Norris y aquí nadie se acuerda de Senna, y me pregunto: ¿dónde coño están los bardos?
Alain, digo Max, no puede ejercer de Ayrton por razones evidentes, pero, bajo mi noble sentir, a Lando no se le está dando el protagonismo que merece porque un poquito sí que podría parecerse, no mucho pues tampoco conviene abusar, pero sí una miaja, ya que si se aludiera más a Senna (y a Prost) al narrar sus lances contra el de Países Bajos, a lo mejor el personal recordaba mejor en qué consiste este deporte y entendía que la FIA quizá está haciendo el bobo muy por encima de sus posibilidades.
Os leo.
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