Seguro que me meto en un jardín, pero...
A ver cómo lo digo sin que se me ofenda nadie: vengo de un mundo lejano en el que, incluso siendo renacuajos que levantábamos tres palmos del suelo, entendíamos a la primera que nuestros ídolos podían ser perfectos gilipollas fuera de su actividad y dioses en ella. También es verdad que tuvimos una suerte infinita, ya que Ballesteros, Induráin, De la Quadra-Salcedo, Pérez de Tudela y un larguísimo etcétera que no me cabe en estas líneas, nos devolvían generosamente la fe que habíamos depositado en ellos evitando hacer el imbécil en público.
Si mal está que la vertiente gilipollas de alguno de nuestros astros modernos supere con creces su talla deportiva, peor me parece el efecto narcotizante que ejercen sus rebeliones de salón en un personal que, por edad, debería saber mejor que nadie que Lewis y Nole son multimillonarios jugando a ser rebeldes por puro interés personal.
Obviamente podéis pillaros al ídolo que más os guste, pero, por favor, no vengáis luego con monsergas cuando no sabéis discernir a quién hay que llamar gilipollas para que deje de hacer el idiota.
Os leo.
2 comentarios:
Suscribo hasta la última coma.
Por cierto, después del circo que se ha montado, no me extrañaría que al final le revocaran la visa justo antes de que de comienzo el Open de Australia para enviar un mensaje al resto del mundo, "Rules are Rules" que si algo tienen los Australianos es que en su pais no entra ni nada ni nadie que no cumpla con SUS normas...
Tiempo al tiempo
Australia; su país, sus normas.
Me parece correcto.
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