domingo, 21 de octubre de 2018

Yippi ka yei!


En el momento de escribir estas líneas a Lewis le están tocando el coche por algún problemilla detectado en la unidad de potencia que, esperemos, no chafe la fiesta del británico en Austin luego que los semáforos se apaguen.

Anoche me quedé viendo la clasificación y entre sacar a pasear por última vez a la perrilla, comer algo después y medio dormirme consumiendo la poca televisión que me meto entre pecho y espalda cada jornada, me fui a la piltra camino de la una y media de la madrugada. Y el reloj biológico que va y me despierta hoy domingo como si fuese lunes, o martes, o jueves. He pasado una mañana de mil demonios, pero me he rehecho a tiempo de dar salida a tres tortillas españolas antes de caer en los brazos de Morfeo. Y ni tan mal, oye...

Quería haber escrito algo bien tempranito pero la vida impone sus reglas. Se lo decía hace poco a Jorge, mi médico. El hombre empeñado en que hay que cuidarse y yo contándole lo complicado que resulta cuando tu tiempo no te pertenece porque se ha acoplado al ritmo que imprimen mi suegra y mi madre, cada una con sus respectivas aventuras...

Pero sí, al final me las he apañado para certificar desde estas líneas que si la unidad de potencia del W09 dorsal número 44 aguanta, Lewis estará más cerca de cantar el Yippi ka yei!

Ferrari se muestra fuerte. Lo de ayer noche fue sobresaliente, pero entre el todo y la nada para la rossa está el cabroncete del británico y sus ganas de no dejar migas en el plato, y aquí empiezan y terminan los problemas, porque salvo que medie un desgradable milagro en campo de Brackley este campeonato se apellida Hamilton.

Vettel sale en quinta posición y ya sabemos cómo le van las cuentas al alemán cuando arranca más allá de la cuarta plaza, pero hasta el rabo todo es toro y no vamos a desganarnos porque las estadísticas nos digan que hay que bajar los brazos. Es Austin, hay un mundial en juego, y suficiente margen como para que nosotros también gritemos Yippi ka yei!

Os leo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que cuidarse, hay que cuidarse.



King Crimson

Anónimo dijo...

Tu Kimi ha ganado, Josete. Grandes los dos, él por el espectáculo que nos ha dado y tú por seguir siendo un verso libre. Cuánto habría ganado Ferrari si hubiesen aprovechado más al de Espoo. Felicidades!

María José dijo...

Ay Josete... qué bien te entiendo!

Qué fácil es decirle a un cuidador, que se cuide... pero ¿cómo te cuidas, si tu tiempo tal como dices, pertenece a otra/as persona/as...? en mi caso es mi madre. Nosotros cuidamos si, sin tiempo para nosotros, así que realmente se trataría de preguntarles a esos que con tanto cariño nos hacen recomendaciones: ¿quién cuida al cuidador? En mi caso, nadie.

Peeeero, siempre tendremos la F1 para desconectar a ratos.

Mucho ánimo y un abrazote.

PD: que grande Kimi y que alegría me ha dado su victoria :)

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

María José... Hay que vivirlo para entender su auténtica dimensión. Quien cuida renuncia a prácticamente todo :P

Un besazo muy grande para ti y otro para tu madre... Y sí, Kimi y la F1 todavía son capaces de alegrarnos la vida. Sobre todo Kimi ;)

Jose