martes, 16 de octubre de 2018

Una temporada redonda [01-01-2013]


Poco a poco la tradición bloguera se va perdiendo, seguramente porque, en la actualidad, el blog se ha convertido en una pieza imprescindible para todo influencer que se precie de ser llamado por este nick. Así las cosas, me apetece compartir con vosotros un texto escrito para Diariomotor al inicio mismo del año 2013, que suponía una mirada neutra sobre lo sucedido en 2012. Y es que cuando tienes claro cuándo toca opinar y cuándo toca informar, las cosas suelen salir casi rodando.


Con la temporada 2013 llamando a la puerta, resulta imprescindible hacer un somero repaso a lo que dio de sí la pasada, porque sin duda sus líneas maestras seguirán vigentes durante este año que abrimos precisamente hoy, ya que a la espera de las revoluciones reglamentarias que traerá 2014, la sesión de este año está marcada a priori por un alargamiento en el tiempo de los condicionantes técnicos que han perfilado el rendimiento de los monoplazas durante 2012.

En este sentido, cabe recordar que el último campeonato disputado comenzaba bajo la sombra del intento de erradicación de la influencia de los escapes sopladores sobre el área del difusor, y por unos morros escalonados por motivos de seguridad que salvo en el caso del McLaren MP4/27, han supuesto la constante visual más característica. Como innovación principal, surgía el doble DRS aplicado por Mercedes AMG en su W03 tras haber sido probado en el W02 del año pasado, elemento éste que si bien iba a aparecer bajo numerosas dudas y la mirada recelosa de sus rivales, a lo largo de la sesión iría mostrando sus auténticas virtudes, para ser investigado y probado en diferentes variantes por la mayoría de las escuderías punteras hasta demostrar su potencial en el RB8 de Red Bull, entrados ya en el último tramo del calendario.

En el aspecto humano, sin duda, 2012 ha estado marcado por la presencia de 6 campeones mundiales en pista: Michael Schumacher, Fernando Alonso, Lewis Hamilton, Jenson Button, Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen, quien retornaba a la competición a bordo de un Lotus tras su abandono aparentemente definitivo en 2009.

Esta panoplia de grandes espadas iba a resultar un aliciente de primer orden, sobre todo en la primera mitad de la sesión, la más disputada, hasta que, lógicamente, con el paso de las sucesivas pruebas el obligado desgaste la iba a reducir a tan sólo 4 protagonistas, toda vez que Jenson Button se iba a ver muy lastrado por su incompresión de las Pirelli y Michael Schumacher iniciaba el camino inevitable hacia su segundo y definitivo retiro de la competición, firmando una sesión para olvidar.

En otro orden de cosas, la salida extemporánea de Sebastien Buemi y Jaime Alguersuari de las filas de Toro Rosso a finales de 2011, abría las puertas a la incorporación en la de Faenza de Daniel Ricciardo y Jean-Éric Vergne como pilotos oficiales. Pedro Martínez de la Rosa volvía a conducir en carrera a bordo de un HRT y Vitaly Petrov se subía a un Caterham tras dejar su asiento en Lotus a Romain Grosjean. Nico Hulkenberg tomaba el volante de nuevo en Sahara Force India tras un año fuera de la F1, haciendo pareja con Paul di Resta, y Rubens Barrichello y Jarno Trulli nos decían adiós.

Dicho esto, la temporada se iniciaba en Australia, donde ganaría Jenson Button. En Malasia, bajo una lluvia torrencial, era Fernando Alonso quien obtenía la victoria. En China y contra todo pronóstico, Nico Rosberg conseguía el primer triunfo absoluto de su carrera profesional y el primero también para Mercedes tras su vuelta a la F1 en 2010.

El G.P. de Bahrein, cuya celebración estuvo en el alero hasta el último momento, iba a ser ganado por el vigente campeón del mundo, Sebastian Vettel. De retorno a Europa, sería Pastor Maldonado quien obtendría el primer puesto en España. Para rubricar que íbamos a ganador nuevo por prueba disputada, Mark Webber sentaba sus reales en Mónaco, y en Canadá, Lewis Hamilton alcanzaba por fin el cajón más alto del podio.

El verano prometía, y en el G.P. de Europa (Valencia), Fernando Alonso se convertía en el primer piloto que repetía triunfo durante la temporada, a quien seguiría Mark Webber, ganador de un G.P. de Gran Bretaña pasado por agua. El de Alemania volvería a ser del asturiano de Ferrari, y en Hungaroring, sería Hamilton quien alcanzaría el triunfo bajo el banderazo de cuadros.

Si algo iba a definir el ecuador de la sesión fue la enorme capacidad de recuperación de Red Bull, escudería que aprovechando el endurecimiento de los compuestos Pirelli, comenzaría el asalto al título tras haber perdido unos golosos puntos en Valencia.

A comienzos de septiembre, Fernando Alonso dominaba la tabla general de pilotos y McLaren parecía haberse recuperado del mal momento sufrido en junio y julio. El G.P. de Bélgica se prometía como el primer asalto del combate final, aunque el estúpido accidente originado por Romain Grosjean en la salida de la prueba belga iba a enturbiarlo. Ganaba Jenson Button de nuevo, con Vettel a la cola de su vehículo. Sin embargo, en Monza, la fortuna pareció volverse esquiva para el alemán de Milton Keynes, quien se vio obligado a abandonar. En Italia era Lewis Hamilton quien vencía con Fernando Alonso firmando el tercer puesto tras Sergio Pérez.

Cada vez con menos carreras por delante, de vuelta a Asia, el G.P. de Singapur era ganado por Sebastian Vettel. Quince días más tarde, el de Oviedo cometía en Japón un error en la salida que a la postre le supondría perder unos puntos cruciales en su lucha por el título. Triunfaba de nuevo Sebastian Vettel, quien se quedaba a tan sólo 4 puntos del de Ferrari, distancia que salvaría con soltura una semana más tarde, tras vencer de nuevo en Corea. India vendría a suponer la cuarta prueba consecutiva que ganaría el bicampeón del mundo, quien por un cálculo tontorrón de combustible en Abu Dhabi, se tendría que conformar con quedar tercero tras una gigantesca remontada en la última cita asiática antes de que El Circo hiciera las maletas para inaugurar el circuito de Austin, lugar donde se celebraría el G.P. de los USA. En Yas Marina, Kimi Raikkonen obtenía la victoría con Fernando Alonso haciendo segundo, toda vez que Lewis Hamilton se había visto obligado a abandonar.

En EE.UU. iba a ser Lewis Hamilton quien ganaría después de que Red Bull comenzara a mostrar un ligero desinfle a pesar de ser ya campeona del mundo de marcas. No obstante, Sebastian Vettel seguía al frente de la clasificación de pilotos, con 13 puntos de saldo sobre Fernando Alonso, su por entonces único rival.

Interlagos, la última carrera del calendario, iba a suponer el inevitable desenlace.

Bajo la amenaza de lluvia, la prueba brasileña fue un auténtico espectáculo en el que destacarían Nico Hulkenberg y la última aparición de la fatalidad que había rodeado toda la temporada a Lewis Hamilton. Triunfaba Jenson Button, seguido de Fernando Alonso, quien a pesar de todo renunciaba al Mundial de Pilotos en favor de Sebastian Vettel, vencedor absoluto de la sesión al obtener los puntos necesarios con su 6ª posición en el G.P. de Brasil.

En líneas generales, la temporada 2012 ha disfrutado de todos los ingredientes necesarios para pasar a la historia de nuestro deporte como una de las sesiones más interesantes y completas de los últimos años. Desde el punto de vista técnico, la cerrada lucha habida entre los protagonistas principales daba lugar a que prácticamente en la totalidad de las pruebas se incorporaran soluciones e innovaciones sobre los monoplazas. Desde el humano, 2012 ha quedado enmarcado por una constante pelea en la que los pilotos con aspiraciones han ido renunciando a sus opciones conforme se consumían carreras, sin que nunca haya estado claro quién iba a ser el campeón del mundo.

Lo dicho, 2012, una temporada redonda.

1 comentario:

Lastra dijo...

Un gran repaso a aquella temporada, la más frustante para mí de todas las que Fernando pilotó para Ferrari; más aún que la de 2010, porque aquello fue un error y cualquiera puede cometer un error.

Pero es que la manera como Ferrari se dejó levantar la camisa con la rigidez de los flancos de las Pirelli y la tomadura de pelo con el tema de los escapes sopladores es algo que aún hoy me enerva.

Y luego la mala suerte... Solo con que uno de los dos abandonos de Fernando, el de Spa o el de Suzuka, no hubieran sucedido y hubiera sumado unos míseros puntos -ni hacer podio hubiera sido necesario-, habría salido campeón. Lo de Spa fue un huracán que se lo llevó por delante y lo de Suzuka... Bueno, a mí nunca me pareció un error tan grave, la verdad. Más bien un lance de carrera en una salida complicada.

Y cuando ya me había resignado a que perdiera ese mundial, llega Brasil y aquella montonera en la que Vettel por primera vez enseñó la patita de lo que este año han sido calderadas. Pero quiá, ni aún así... Entre gente que se le quitaba de en medio, adelantamientos con bandera amarilla y un McLaren que se mostraba inalcanzable para el Ferrari, nuevamente no pudo ser... Un final muy amargo, ciertamente.