¡Cagón!

Lo que podía haber sido una bonita pelea de gallos se quedó en un jolines que pretendía ser un joder en toda regla y dicho bien alto. Y una cosa lleva a la otra, y de tanto usar la palabra agresivo se nos ha acabado desgastando...

Sebastian no se mostró violento en Bakú, sino impotente, de ahí que no haya entendio ni a la de tres que lo que hizo fue sumamente grave. El alemán se portó como un niñato malcriado y ni siquiera supo reaccionar. Lo propuse ayer en SafetyCast: soy yo quien me encuentro con Lewis en actitud tan incívica y me quedo sin alerón delantero pero machaco el difusor de su coche hasta que sea pulpa de kevlar. En una palabra: me gano la bandera negra pero me quedo a gusto y además canto victoria y hago el paseillo.

Y por favor, ahorrémonos las comparaciones con macarras auténticos. Ellos se jugaban realmente la vida y cuando devolvían el golpe no buscaban los neumáticos del agresor para darle un toque como en Facebook. No se andaban con hostias. Por un desliz verbal que tuvo el pobre Rubinho a cuenta de si Schumacher perdía aceite o no en la vida real, Michael lo pilla en Hungría dos años después y le recuerda al brasileño el mal sabor que tienen los huevillos propios cuando se tienen de corbata.

No defiendo estas actitudes ni las defenderé nunca. Existe sanción para ellas en el reglamento y hay que saber arrear con lo que toca por un exceso de testosterona en pista, pero por Dios: una vez puestos, que merezca realmente la pena.

Lo de anteayer quedó muy de mierdas, para que nos entendamos, quedó en un tirarse de los pelos entre párvulos porque uno le ha quitado el bocadillo a otro. Y es que si lo de Hamilton es opinable, como escribía ayer, lo de Vettel es de idiotas se mire como se mire, ya que a pesar de que el de Heppenheim terminó sacándole 2 puntitos extra al de Tewin, todos sabemos que ese saldo es pírrico de narices porque se podía haber luchado por la victoria y se podía haber ganado incluso jugando a la contra. 

Total, que jodes el coche por ponerte demasiado cerca de un tramposillo de tomo y lomo, y la lías parda por avisarle de que te ha molestado sin reparar en que estás haciendo un flaco favor a La Scuderia, y que por tocar intencionadamente a un rival te deberían haber pateado el culo hasta sacarte del Gran Premio.

Aquí está el quid del asunto: no se puede golpear a un contrincante de forma premeditada y alevosa. Da lo mismo que ambos vayáis a baja velocidad, que no haya peligro aparente, que busques las ruedas de su vehículo para tocarlas con las del tuyo y minimizar así los posibles daños. No se puede, gilipollas. No es deportivo, y desde luego no es nada inteligente hacerlo con todo el mundo mirando. 

¿No buscabas la bandera negra? Pues te esperas, y cuando acabe todo te acercas al W08 de Lewis, te bajas la cremallera del mono y orinas en su habitáculo. Eso, o si tienes prisa, te dejas de bobadas y destrozas su monoplaza en pleno lance, como he dicho antes, para que la bandera negra tenga sentido y merezcas que te llamen macarra y te teman y te respeten.

Quedarse a medias es de cagones; capicce, Sebastian?

Os leo.